El grupo Volkswagen ha confirmado que a pesar de que la inversión en la mejora de la eficiencia de los motores de combustión interna permitirá reducir el consumo entre un 15 y un 20% en los próximos años, será imprescindible la expansión de sus programas de coches eléctricos para cumplir con las normas sobre emisiones.
Para ello los alemanes pondrán sobre la mesa una importante cantidad de dinero. En los últimos cinco años la cifra ha llegado de los 3.000 millones de euros. Una cantidad que llegará a los 9.000 millones de euros para el periodo 2017-2022.
Con esta inversión VW espera poner en la calle 30 nuevos modelos eléctricos a batería. Una oferta que tendrá que alcanzar unas ventas entre todas las marcas que forman Volkswagen, de entre 2 y 3 millones al año para 2025.
Entre los retos para VW está la de poner en marcha una gama prácticamente desde cero. Para ello ha diseñado una nueva plataforma, MEB, que será la primera creada de forma específica para albergar un sistema eléctrico. Una base que será utilizada por las diferentes marcas, y que podrá dar como resultado modelos de muy variados segmentos, desde compactos, hasta grandes todocaminos.
Además de la venta de coches, esta inversión servirá para diversificar las actividades. Para ello han creado la división MOIA. Una empresa dedicada a los sistemas de car sharing que desde el fabricante se ha descrito como una especie de mezcla de autobús y taxis. Según Matthias Müller, director ejecutivo de Volkswagen «Para 2021 queremos ampliar estos servicios a más de 20 ciudades, incluyendo algunas urbes de China. Allí VW está cooperando con el proveedor líder car sharing, Didi, que ha estado activo en 400 ciudades y cuenta con 300 millones de usuarios.»
No aclaran si dentro de la estrategia además de coches y servicios conectados o compartidos, Volkswagen también apostará por la fabricación propia de baterías. Un aspecto clave que supone una buena parte del coste del vehículo, y que desde diferentes sectores en Alemania se ha indicado debería ser desarrollado de forma interna.
Pero la inversión que VW realizará en este segmento no parece indicar que de momento estén pensando en levantar sus propias fábricas de baterías. Y es que para alimentar una demanda como la que esperan, necesitarán un suministro que obligaría a la puesta en funcionamiento de varias grandes instalaciones.
Si tenemos en cuenta que la Gigafábrica de Tesla por si sola cuenta con un presupuesto de 5.000 millones de dólares, no vemos hueco en la inversión de Volkswagen para una fábrica y poner en marcha 30 nuevos modelos. Por lo que casi con total seguridad, VW tirará de suministradores externos, al menos en una primera fase.
Lo que está claro es que incluso un fabricante que ha sacado, y sigue sacando el máximo partido a los motores diésel y gasolina, sabe que para sobrevivir en un futuro, deben apostar por las nuevas formas de movilidad.
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Vía | Handelsblatt (alemán)
