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Los combustibles fósiles se han llevado más dinero que los eléctricos en el Plan MOVALT

Como muchos habréis visto, el nuevo y flamante Plan MOVALT, el programa de ayudas a la compra de vehículos eficientes, ha durado menos un caramelo en la puerta de un colegio. En apenas 24 horas se han terminados los fondos. Y eso a pesar de contar con un presupuesto de 20 millones para vehículos. Una dotación claramente insuficiente, pero que mejoraba anteriores presupuestos. Eso parecía.

Pero para nuestra sorpresa, o a estas alturas ya no tanto acostumbrados a chapuza tras chapuza, finalmente los coches eléctricos y los enchufables se han llevado sólo una parte de esta dotación, siendo los vehículos a gas, emisores de CO2, los que han consumido buena parte del presupuesto. Incluso se han llevado porcentualmente más dinero que los eléctricos. Un desastre.

Según los datos que tenemos, los culpables además de los redactores de este MOVALT, han sido los camiones a gas, junto con los vehículos a gas natural. Fuentes no renovables en ambos casos que por alguna razón han entrado en este programa.

En total se han matriculado 2.549 vehículos eléctricos, híbridos enchufables y eléctricos con extensor de autonomía, que han consumido 10.247.700 euros, o el 49% de los fondos. Por su parte los modelos a gas se han llevado 10.663.400 euros, o el 51% de los fondos. Un verdadero escándalo.

Entre los modelos a gas destacan las  447 solicitudes realizadas por los compradores de camiones, que recordamos se colocan en el segmento N3, lo que les permite acceder a una ayuda de hasta 15.000 euros por unidad. Eso quiere decir que sólo los camiones a gas se han llevado 6.7 millones de euros de los 20 millones del presupuesto total.

Por lo tanto, ya tenemos respuesta a por qué ha durado tan poco este año el presupuesto de un MOVALT que doblaba su dotación respecto al MOVEA, pero que escondía un apartado que ha permitido que los combustibles fósiles y emisores de CO2 se hayan hecho con la mayoría de los fondos.

Un proyecto que según la web del IDAE dice: «Los vehículos propulsados con energías alternativas están llamados a formar parte de la movilidad sostenible en el transporte a nivel global, tanto en las ciudades como en las carreteras, debido a sus beneficios en materia de diversificación energética y reducción de la dependencia de los productos petrolíferos, así como por la reducción de emisiones de CO2…»

¿Y cuánto reduce las emisiones de CO2 un camión a gas? Pues si echamos un vistazo a uno de los pocos N3 que hay en el mercado español, el Iveco Stralis NP, este indica en su página web: «Mitiga el calentamiento global al reducir considerablemente las emisiones de CO2 cerca de un 15% menos en comparación con un equivalente diésel«.

Por supuesto siempre será mejor un camión a gas que un diésel, ya que además de la pequeña reducción de emisiones de CO2, que es de lo que habla el IDAE en el MOVALT, reduce sobre todo otras partículas mucho más peligrosas como los NOx y los NMHC.

La conclusión es que el gas tiene largos tentáculos en la industria en España, ya que no olvidemos la fuerte apuesta de fabricantes con gran implantación en nuestro país como SEAT, lo que posiblemente ha llevado al gobierno a incluir a estos modelos en un mismo presupuesto que el de los coches eléctricos.

Dos tecnologías que no deberían compartir un programa de reducción de emisiones de CO2 y del uso de combustibles fósiles.

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