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El impacto ambiental positivo del plan de Baleares para que todos los coches de alquiler sean eléctricos

El pasado año durante la presentación del proyecto e-Car de Endesa en Mallorca, el gobierno de Baleares confirmó los planes para la transformación de toda la flota de vehículos de alquiler de las islas por coches eléctricos. Una medida llamativa desde el punto de vista mediático, pero que además tendrá una fuerte repercusión a nivel ambiental.

Según las estimaciones de la patronal, por Baleares circulan unos 90.000 coches destinados al alquiler. Unos vehículos que concentran sus desplazamientos casi en su totalidad en la temporada de verano, cuándo los visitantes se lanzan en manada a las carreteras para conocer todos los encantos de las islas mediterráneas. Algo que en algunos casos supone un verdadero problema de masificación y de emisiones contaminantes.

Y es que de momento la práctica totalidad de esos vehículos se mueven con motor de combustión. Para tratar de revertir esta insostenible situación, desde el gobierno regional se ha redactado a Ley de Cambio Climático. Un proyecto que ha comenzado su redacción y que busca ir reduciendo de forma paulatina la presencia de coches diésel y gasolina a partir de 2020, hasta llegar a su total eliminación en 2030.

El proyecto no será fácil, ni barato. Se estima que hay nada menos que 240 empresas dedicadas al alquiler de coches en las islas con una flota de 90.000 vehículos. Una cifra realmente llamativa que supondrá una inversión considerable para la sustitución de los vehículos. Un coste que desde el gobierno estiman llegará a los 70 millones de euros.

Desde el gobierno se ha indicado que habrá ayudas a las empresas para que cambien sus vehículos por eléctricos, y además seguirá apoyando de forma intensa la expansión de las redes de recarga públicas. Sólo este año se espera la inversión de 10 millones de euros en nuevas estaciones de recarga.

Con estas medidas no sólo se logrará reducir el impacto medioambiental de decenas de miles de coches con motor de combustión en entornos tan delicados como la isla de Formentera y otros emplazamientos. Además se logrará mejorar la imagen ante unos turistas que podrán moverse y conocer el entorno de una forma más limpia y silenciosa.

Según los expertos, hay otro apartado que supondrá un beneficio para todos, y es que con una flota eléctrica los operadores podrán reducir la tasa de reposición de los vehículos. En Baleares hay un grupo de empresas que se dedican a comprar los coches de alquiler cuando termina la temporada, y venderlos en la Península. Algo que supone el traslado cada año de unos 50.000 vehículos.

Un movimiento que supone un impacto ambiental muy importante y que según algunos, provoca una saturación del mercado que busca hacer negocio con el alquiler, y luego con la reventa de los coches. Una situación que se podrá minimizar con las limitaciones que propone la nueva normativa, y con la ayuda de una vida útil más larga para un coche eléctrico.

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Vía | ED

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