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Este jueves los jueces alemanes decidirán si las ciudades pueden expulsar a los coches diésel de sus calles

El escándalo de las emisiones contaminantes tiene un recorrido mucho más largo de lo que podríamos pensar. También en Alemania, donde se radican muchos de los fabricantes acusados del fraude. Una situación que ha puesto la mirada del mundo en unos motores diésel hasta ahora los reyes del mambo en Europa, y que se han descubierto como un verdadero problema de salud.

Es por eso que a la vista de que los sistemas diésel estaban emitiendo muchas más partículas de las recogidas en las pruebas de homologación, muchas ciudades de Alemania se movilizaron para prohibir el acceso de vehículos diésel al centro urbano. Una medida con un gran calado que por supuesto, ha sido recurrida por los grandes grupos en los tribunales.

Este jueves los jueces alemanes tendrán que decidir si a las ciudades les corresponde el poder expulsar a los vehículos diésel de sus centros urbanos. Algo que podría traer graves consecuencias a los fabricantes más expuestos a este tipo de motorizaciones.

Según los expertos, si la gente no puede entrar a las ciudades en sus coches, simplemente los venderá y no comprará de nuevo uno de similares características. Algo que dañaría de forma notable el valor residual de estos vehículos. Una situación que supondría no sólo un descenso de ventas, sino también un encarecimiento de sistemas de venta como los leasing que basan parte de su cuota precisamente en el valor residual del vehículo al terminar el contrato.

Según la consultora Evercore ISI, una caída de sólo el 5% del valor residual en los coches diésel supondría un coste de 1.600 millones de euros para los 8 principales fabricantes europeos y americanos.

Pero las cifras no son nada prometedoras para los fabricantes. Según los estudios, hay unos 15 millones de coches diésel en Alemania, y estos superan las medidas de emisiones máximas estimadas por la UE en nada menos que 90 ciudades del país. Sin duda una señal muy negativa que nos indica que salvo sorpresa, los jueces darán la razón a las administraciones locales que abogan por la expulsión de los coches diésel que no cumplan con las últimas normativas de emisiones.

Los más afectados

Para los analistas de la consultora Bernstein, la expulsión de los coches diésel en Europa afectará de forma muy importante a las marcas más expuestas a estas motorizaciones, como el grupo PSA (Peugoet-Citroën) seguido por Renault. Entre los alemanes el grupo Daimler cuenta con una cuota de diésel en su oferta del 38%, BMW llega al 35% y curiosamente Volkswagen se queda en un 26%.

Unas marcas que tendrán o que actualizar los sistemas de los modelos Euro-5 y Euro-6, con un coste para aquellos que puedan hacerlo de unos 1.500 euros por vehículo, o realmente apostar por el final del diésel y abrazar nuevas formas de movilidad, como los coches eléctricos e híbridos.

Eso o afrontar un final abrupto que está ya en marcha. No olvidemos que la cuota de mercado del diésel en Europa ha pasado del 53.6% en 2014, al 49.9% a finales de 2016. Una tendencia que no hace más que acelerarse sobre todo si se refrendan medidas como la capacidad de las ciudades alemanas a prohibir la entrada de coches diésel a sus centros.

Una medida extremadamente efectiva que acelerará la caída de ventas de coches diésel, y que debería impulsar las ventas de coches eléctricos que no tendrán problemas para acceder al centro de las ciudades alemanas.

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Vía | Reuters

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