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Los suministradores del este de Europa sufrirán el impacto de la llegada del coche eléctrico

Con la caída de la Unión Soviética, y del telón de acero, el este de Europa se transformó en un escenario perfecto para los fabricantes de coches tanto europeos, como asiáticos. Mano de obra altamente cualificada, y salarios muy reducidos. La receta perfecta para localizar sus plantas.

Nombres como el grupo Volkswagen, Hyundai, KIA, PSA…un amplio elenco de marcas que han convertido al sector de la producción de vehículos en una tercera parte de las exportaciones de países como Eslovaquia. Un sector que ahora afronta con gran preocupación un futuro eléctrico para el que no están preparados.

En la propia Eslovaquia sólo se produce un coche eléctrico, el pequeño Volkswagen e-Up. Un modelo de muy reducidas ventas que supone una gota en un océano cada vez más poblado tanto en número de marcas involucradas, como en número de ventas anuales.

Algo que según los expertos, amenaza a estados como la propia Eslovaquia, pero también a Bulgaria, República Checa, Estonia. Una Europa del este que se ha posicionado perfectamente para la fabricación de coches diésel y gasolina, pero que no ha dado pasos de cara a la electrificación. El problema para estos se divide en dos frentes: reducción de componentes de los sistemas eléctricos, y el proteccionismo del gobierno alemán.

Por un lado un vehículo diésel o gasolina necesita más de 20.000 piezas para funcionar, mientras que un eléctrico se estima que son apenas 7.000. Una diferencia notable que hará necesario menos trabajo para completar cada unidad.

Pero al mismo tiempo en el caso de la potente industria alemana, esto se traduce en menos pedidos también para los suministradores germanos. Algo que supondrá otro recorte más a la importación de componentes desde los países del este. Una producción que se intentará conservar dentro de las plantas de Alemania, y que supondrá que incluso aunque la industria suministradora del este de Europa se modernice, el impacto será inevitable y posiblemente muy duro.

Y los ejemplos ya están ahí. Mercedes ha presentado una hoja de ruta para su programa de coches eléctricos, y la producción europea de vehículos y baterías se realizará en Alemania y en Francia. En Audi están estos días peleando con los sindicatos para que la producción de baterías para los etron se realice en Alemania, mientras que el coche se producirá en Bélgica.

La solución, el ejemplo de Rimac

Para algunos expertos aunque el impacto es inevitable, también hay formas de minimizarlo. Como ejemplo ponen iniciativas como el fabricante croata Rimac. Una pequeña empresa que se ha hecho famosa en todo el mundo por el desarrollo del hiperdeportivo Concept One. Pero mas allá de producir un coche de coste astronómico, la idea es desarrollar una nueva industria de I+D y de componentes que de soluciones a las grandes marcas en esta nueva etapa del automóvil donde la electricidad será la protagonista, y donde algunos corren el riesgo de quedarse atrás.

Marcas que necesitarán echar mano de una ayuda extra para ponerse al día en el sector del coche eléctrico y que abre nuevas oportunidades para los suministradores.

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Vía | Autonews

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