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10 razones por las que un coche eléctrico puede hacerte más feliz

Si eres de los que está pensando en comprarte un coche eléctrico, y sólo valoras aspectos como su menor coste operativo, y menores emisiones contaminantes, debes saber que la compra de uno de estos vehículos acarrea otros muchos beneficios a nivel personal y colectivo. Vamos a repasar algunos.

1- Ahorro económico
Por supuesto empezamos por los clásicos. El coste de una carga en una toma de corriente doméstica para viajar a los mandos de un coche eléctrico puede llegar a ser extremadamente económico. Como ejemplo tomamos como ejemplo un modelo con un consumo medio de 14 kWh a los 100 km y un coste de la electricidad en tarifa diurna de unos 18 céntimos por kWh.  Esto supone que incluso sin acudir a las tarifas nocturnas podremos hacer 100 km con 2.5 euros. Podemos comparar esta cifra con los entre 7 u 8 euros que necesitará un coche diésel moderno que tenga un consumo medio real de 6 litros a los 100 km.

Por supuesto si contratamos una tarifa nocturna, el coste puede bajar de forma dramática, y a los 18 céntimos al kWh podemos llegar a cifras de apenas 6 o 7 céntimos el kWh. Una cifra con la que podremos hacer los 100 km por menos de 1 euro. Y eso si no tenemos una instalación fotovoltaica en nuestra vivienda, con lo que el coste de la recarga, sin contar el precio de la instalación solar, llega a ser gratuita.

2- Cero Emisiones
Si cargas tu coche durante las noches, tus emisiones serán, la mayoría de las veces completamente limpias, incluso en el origen de la producción de la electricidad que estás consumiendo. Aprovechará los excedentes de las energías renovables (eólica, hidráulica …) que actualmente se pierden por las noches por falta de demanda y por no poder almacenarse. Una energía que además de limpia, es mucho más económica.

3- Ciudadano ejemplar
Uno de los beneficios ocultos. Y es que moverte con cero emisiones con tu coche eléctrico, te hará sentir más sano y responsable, porque podrás desplazarte sin contaminar el aire que respiran tus familiares, amigos y vecinos. Si, puede que tu coche no sea capaz de hacer el Cadiz-Bilbao del tirón, pero al menos no está colaborando con la destrucción del planeta ni la financiación de guerras por el petróleo.

4- Estaciona gratis
Cada vez más ciudades están descubriendo los beneficios de que hay coches eléctricos en sus calles. Mientras que no se desarrollen los sistemas de transporte público eléctricos que lleguen a toda la ciudad y sus alrededores, es fundamental el coche privado y eléctrico. Una solución que reduce las emisiones en las zonas más densamente pobladas donde se concentra la mayor parte de las emisiones de los motores diésel y gasolina. Unos motores que como hemos descubierto recientemente gracias al escándalo de Volkswagen, emiten mucho más incluso de lo que las marcas habían indicado. Algo que hace que favorecer al coche eléctrico con medidas prácticamente gratuitas para las ciudades como el aparcamiento gratuito sean casi obligatorias.

5- Adiós al taller
A diferencia de los coches convencionales con motor de combustión interna, los coches eléctricos tienen un mantenimiento muy reducido: no usan aceites del motor, ni correas. Así pues, en lugar de ir a la revisión cada 15.000 kilómetros para sustituir estos elementos, sólo tienen que hacerlo cada 25.000 o 50.000 kilómetros (según marca). Según informes de taxistas que utilizan coches eléctricos, el mantenimiento de estos es inferior a 100 euros anuales, a lo que se suma el menor desgaste de elementos como las pastillas de freno, gracias a la frenada regenerativa, y también de neumáticos. Esto último no gracias al sistema eléctrico, sino al cambio de filosofía de los conductores de este tipo de vehículos, que buscan lograr la mejor eficiencia posible con una conducción más suave.

Y es que como conductor a diario de un coche eléctrico, debo añadir que es una gozada el olvidarse de los mantenimientos. La última revisión de mi coche ha supuesto el cambio del filtro del aire acondicionado después de 30.000 km, y todo con un coste de 35 euros. Por supuesto en el tema de los neumáticos hay excepciones, y en mi caso con 27.000 km en un año las ruedas delanteras ya empiezan a pedir un cambio por culpa de la alegría en las aceleraciones obra y gracia del par motor lineal.

6- Reduce tus impuestos.
Los coches eléctricos cuentan con diferentes deducciones fiscales. Algunos ayuntamientos aplican un descuento en el Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, que llega al 75% de reducción.También disponen de la exención del Impuesto de Matriculación, que recordamos se aplica a todos los coches con unas emisiones de 120 gramos de CO2 por km o menos.

7- Energía gratuita, o casi
En unas zonas más que en otras, los coches eléctricos pueden recargar gratuitamente en algunos de los cada vez más habituales puntos de recarga públicos de carga lenta. Estaciones situadas en centros comerciales, hoteles o gasolineras, que permiten a muchos usuarios poder realizar una recarga parcial de su batería en un punto de 7 o 22 kW, y de forma gratuita. Aunque la tendencia es que antes o después estas estaciones empiecen a cobrar, de momento la mayor parte son gratis.

8- Gana tiempo y dinero.
Los coches eléctricos en nuestro país tienen algunos beneficios en las zonas más saturadas de tráfico. En algunas ciudades estos pueden utilizar los carriles de alta ocupación situados en las autopistas de acceso a las grandes ciudades, sin necesidad de llevar acompañantes en el coche, además de que en ciudades como Barcelona están también exentas del pago de peajes en las autopistas de circunvalación. Algo que les permite ganar tiempo, y ahorrar algo de dinero.

9- Conducción más relajada
Cuando te subes a un coche eléctrico y arrancas por primera vez, te recorre una sensación de tranquilidad y relajación fruto de la ausencia del estruendo de un motor diésel. Esto se traduce en una conducción más progresiva y sin estrés. Algo que se facilita gracias también a la búsqueda de un menor consumo que eleve la autonomía cada vez más. Puede que al principio esta relajación se vea distorsionada por el miedo a quedarse sin autonomía de los primeros kilómetros, pero es algo que va desapareciendo según vas conociendo los límites y capacidades de tu coche.

10- Pero no son para todos
Los coches eléctricos todavía no son para todos. La primera condición para disfrutar de tu coche eléctrico es tener un espacio donde cargarlo durante las noches. No es recomendable depender de la red pública, ya que su disponibilidad y funcionamiento todavía no es 100% fiable, y en muchos casos los costes son muy elevados para cargar a diario. Además esto nos obliga a desplazarnos al punto y estar pendientes de retirar el vehículo cuando termine la carga para no bloquear el punto para otros usuarios.

Los coches todavía suponen un sobre precio considerable en cuanto a su coste de compra, alargando bastante el periodo de amortización respecto a un gasolina. Las autonomías tampoco son para tirar cohetes. Aunque las cifras oficiales nos deslumbren, la realidad es que en el día a día y sobre todo en determinados momentos del año, como el invierno, estas cifras encogen de forma dramática. Por ejemplo, un coche con autonomía oficial de 300 km, puede quedarse en torno a los 200 kilómetros reales, y algo menos incluso en invierno.

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