El fabricante alemán Mercedes ha confirmado que dejará de tomar pedidos de las versiones híbridas enchufables de su gama. Entre los afectados están el Clase C, el Clase E, el Clase S, así como el todocamino GLE.
El objetivo es eliminar el stock existente, y preparar el camino para la llegada de la que será la tercera generación del sistema, que ya se enmarcará dentro de la nueva familia EQ. Una denominación que diferenciará a los modelos eléctricos e híbridos enchufables, y que estará disponible en los próximos meses.
Entre las principales novedades encontraremos que esta nueva versión contará con un sistema controlado por la nueva caja de cambios de 9 velocidades, que estará instalada entre el embrague y el motor eléctrico. Además la potencia del motor eléctrico verá como se incrementa, llegando a los 88 kW (121 CV) lo que le permitirá ofrecer mejores prestaciones en modo eléctrico, como una velocidad máxima que llegará a los 140 km/h.
La batería también verá incrementada su capacidad, lo que junto con la mayor eficiencia del conjunto permitirá a los usuarios poder disfrutar de una autonomía en modo eléctrico algo mayor que la actual generación. La capacidad llegará hasta los 13.5 kWh, que supone un salto muy importante desde los apenas 6.5 kWh de su anterior versión. Esto ha sido gracias en parte al cambio de química de las baterías, que ha pasado de las pesadas y resistentes LiPo4, a un pack formado por celdas de litio-níquel-manganeso- cobalto (Li-NMC) con mucha mayor densidad energética, y que permitirá al Clase C aumentar su autonomía en modo eléctrico hasta los 50 kilómetros con cada carga, frente a los 31 de la anterior versión. Cifras bajo el infame ciclo de homologación europeo NEDC, ya que Mercedes no ha dado las cifras bajo el nuevo formato.
En condiciones más reales evidentemente estas cifras se quedarán por debajo. Pero el incremento de la batería, junto con un sistema más eficiente, permitirá por ejemplo al Clase C enchufable pasar de los apenas 17 km en modo eléctrico bajo el ciclo EPA, a unos 30 kilómetros bajo el exigente y más realista ciclo americano.
La distribución de la nueva generación comenzará este otoño con el Clase S. Un modelo que usará un motor gasolina y eléctrico. Le seguirá el Clase E, que curiosamente optará por dos opciones, una combinación diésel+eléctrico y otra gasolina+eléctrico. Un movimiento realmente extraño por parte de Mercedes en pleno derrumbe del gasóleo.
En la primavera de 2019 desembarcará el nuevo Clase C enchufable, que también optará por un sistema diésel, y al que acompañará unos mees después el nuevo Clase A enchufable, al que hemos visto durante unas pruebas hace unos días.
Opinión
Una ambiciosa apuesta por una tecnología que crece en cuanto a ventas, y que se posiciona como una alternativa a los sistemas diésel. Pero en el caso de Mercedes han optado por incluir opciones con esta tecnología en contra de la dinámica del mercado, poniendo en riesgo la imagen de la nueva familia EQ que llega como símbolo de un futuro más sostenible, pero que se ve manchada por la presencia de ofertas donde tiene presencia el contaminante y peligroso diésel.
Y es que ahora cuando veamos pasar un Mercedes EQ por la calle, no sabremos si es 100% eléctrico, híbrido enchufable gasolina, o enchufable diésel. Sin duda una mala forma de iniciar el camino de una nueva generación.
