La ciudad china de Cantón firma un contrato para la compra de casi 5.000 autobuses eléctricos
3 min. lectura
Publicado: 23/07/2018 08:46
Mientras que en Europa estamos viendo como los autobuses eléctricos se están implantando a cuenta gotas, con cinco o seis unidades por aquí, o diez por allí, en China se lo llevan tomando mucho más en serio desde hace años. Y las cifras son impresionantes. En 2016 se contabilizaban unos 300.000 autobuses eléctricos circulando por China. Se estima que cada cinco semanas las ciudades añaden 9.500 de estos vehículos, lo que representa la totalidad de la flota de ciudades como Londres. Unas compras masivas que significan además que el 99% de las ventas mundiales de esta clase de autobuses se produce en suelo chino.
Ahora una de estas ciudades ha firmado uno de los contratos más grande conocidos para una única compra. Ha sido la localidad de Cantón, que ha llegado a un acuerdo con varios fabricantes locales para la compra de nada menos que 4.810 unidades. De estos la gran mayoría los suministrará BYD, que entregará 4.437 unidades.
En total Cantón invertirá en este acuerdo 700 millones de euros al cambio. Una cifra que contempla la compra de los autobuses, así como la instalación de la infraestructura de recarga correspondiente.
Los modelos seleccionados para este contrato abarcarán diferentes usos y tamaños, con autobuses de 8 a 12 metros de largo. Unos vehículos que tendrán que dar servicio en una zona urbana de poco más de 3 millones de habitantes que se beneficiarán de la importante reducción de emisiones de la flota municipal una vez incorporados todos los nuevos modelos.
Y no sólo supondrá un ahorro en emisiones, sino también reducirá la dependencia energética de China. Según Bloomberg, cada 1.000 autobuses eléctricos en la carretera se logra un ahorro de 500 barriles de petróleo cada día. Algo que se traduce también en menores costes operativos para las empresas de transporte gracias a la mayor sencillez mecánica de este tipo de autobuses.
Mientras tanto como hemos comentado en Europa, las empresas municipales siguen siendo reticentes a una electrificación total, como sucede en Madrid, escudándose en el desconocimiento de la tecnología, y optando mayoritariamente por la opción del gas para sus nuevas compras.