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¿Supondría fusión de Volkswagen y Ford el regreso del Karmann-Ghia como un deportivo eléctrico asequible?

En los últimos días, los cimientos de la industria automotriz mundial se están tambaleando ante la posible fusión de Volkswagen y Ford para configurar lo que sería el mayor grupo automovilístico de la historia, superando a la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y dejando muy atrás a Toyota, General Motors y FCA (FIAT-Chrysler), entre otras.

Las consecuencias serían principalmente que Ford pasaría a utilizar tecnología Volkswagen en sus vehículos. Por ejemplo, están negociando que la empresa norteamericana pueda acceder a la plataforma modular eléctrica MEB de Volkswagen, lo que les permitirá ahorrar dinero en inversiones y no verse afectados por el retraso de sus planes de electrificación, mientras que los alemanes amortizarán de forma mucho más rápida el caro desarrollo de esta base para coches eléctricos.

Sin embargo, esto podría tener otros efectos colaterales. A día de hoy, Volkswagen es dueña de Karmann, un antiguo carrocero alemán conocido entre otras cosas por fabricar las versiones descapotables del Beetle y del Renault 19. Ford por su parte es dueña de la casa de diseño italiana Ghia, que antes de ser absorbida por el gigante americano realizó numerosos prototipos para varios fabricantes.

Karmann y Ghia tienen un interesante pasado en común, pues fueron las responsables de desarrollar y fabricar el que sería el primer coche deportivo de Volkswagen: el bonito Karmann-Ghia, un modelo que gozó de gran popularidad en el mercado estadounidense. En Europa compitió contra coches tan míticos como el Renault Caravelle, el FIAT 850 Coupe o el Saab Sonett.

Este modelo se vendió de 1955 a 1975, y derivaba directamente del clásico Beetle. Su sustituto dentro de la gama Volkswagen fue el Scirocco, basado en el Golf. Actualmente, Volkswagen ha dejado de producir los Beetle y Scirocco, modelos que se rumorea que podrían volver en el futuro como coches insignia de la nueva gama eléctrica I.D.

Sin embargo, la fusión con Ford permitiría volver a utilizar la denominación Karmann-Ghia, un modelo que de hecho sería ideal como coche «halo»: tiene un planteamiento más exclusivo y deportivo que el Beetle, y no tiene una carrocería hatchback como el Scirocco, algo que es positivo si tenemos en cuenta que los coupes de tres puertas están en decadencia en Europa, el único mercado donde todavía triunfaban.

Así, el Karmann-Ghia podría regresar como un deportivo derivado del nuevo I.D. Neo, dotado de tracción trasera y una carrocería de aspecto retro que les permita explotar la buena imagen de la que todavía gozan los Volkswagen «pre-Golf» en Estados Unidos y Europa: la I.D. Buzz será una reinterpretación de la clásica Transporter T1 «hippie» de los años 60. El Karmann-Ghia podría ser una suerte de equivalente eléctrico del Audi TT, de planteamiento más asequible que los nuevos deportivos eléctricos que están desarrollando Porsche y Audi.

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