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El director ejecutivo de Volkswagen estalla contra la Unión Europea: Alemania es la más perjudicada por las restricciones de emisiones contaminantes

El director ejecutivo del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, ha realizado unas polémicas declaraciones en las que muestra su enfado contra las medidas adoptadas por la Unión Europea de obligar a los países miembros a rebajar sus niveles de emisiones de CO2, en las que asegura que los empleos del sector en Alemania podrían estar en peligro.

Según recoge AutoBild, el motivo por el que Diess está en desacuerdo con las restricciones tomadas en cuanto a los niveles de emisiones contaminantes emitidos por las industrias de los países se refiere, especialmente con las exigencias a los fabricantes de automóviles de rebajar la media de gramos por kilómetro emitidos por sus vehículos, es porque considera que Alemania es el país que más contribuye a los presupuestos de la Unión Europea y al que más se castiga respecto a las medidas contra el vehículo privado, especialmente por países que no tienen fábricas de automóviles en sus fronteras.

Herbert Diess asegura que a estos países «no les importa si la industria automovilística alemana se ve perjudicada por los límites cada vez más severos de emisiones de CO2«, y ataca a distintos países miembros de la UE e incluso a algunos organismos de la propia Alemania. Por ejemplo, cita a Austria como un país que construye estaciones de mediciones contaminantes en zonas peatonales y cuya industria (Mercedes y MAN principalmente) es prácticamente insignificante, aunque destaca que «los ingresos obtenidos por los peajes pagados por los turistas alemanes como nosotros ascienden a los 2.000 millones de euros«.

Otro de los países que cita es Malta, ya que la ponente principal del Comité Ambiental de la Unión Europea es originaria del país, y de ella proviene la demanda de reducir las emisiones de CO2 en un 37’5% porque «simplemente no le gustan los coches«. Además, destaca que tanto Irlanda como Luxemburgo no se preocupan por las reducciones de emisiones ya que «los paraísos fiscales no pierden empleos ni cobran impuestos«.

Por otro lado, también critica a la canciller Angela Merkel, la cual declaró respecto a la reducción máxima de emisiones del 30% que «cualquier cosa más allá de esto puede poner en riesgo la industria automovilística de Europa«. Sin embargo, su Ministra de Medio Ambiente votó por aumentar esta cifra hasta el 35% y finalmente aplaudió el 37’5% resultante: «¿por qué tenemos que seguir informando de algo a Bruselas?«.

Además, arremete contra el Ministro de Transportes, Andreas Scheuer, ya que «debe ser insultado como un lobbista automático porque defendió y con razón el diésel«. Según Diess, las prohibiciones en torno a los motores alimentados por gasóleo son injustas, ya que «en 2018, las ventas de motores diésel cayeron del 40 al 32%, el diésel no tiene un problema de CO2«. Añade que sólo el 25% de las emisiones de la Unión Europea de CO2 son causadas por el transporte, de los cuales el 12% se corresponde al transporte de mercancías.

La industria automovilística alemana ha sufrido varios reveses en los últimos años. Al escándalo de las emisiones de motores diésel de Volkswagen se ha unido el retraso en el desarrollo de tecnología híbrida y en la electromovilidad, por lo que las empresas alemanas están invirtiendo gran parte de su tiempo y dinero en recuperar todo el terreno perdido. Respecto a esto, Herbert Diess ha declarado que «por supuesto que podemos lograr el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en otro 37’5% para 2030. SIn embargo, este objetivo más estricto implica un importante cambio estructural«.

Para muchos clientes, afirma Diess, «el elevado precio de los coches eléctricos unido a las multas por emisiones de los vehículos convencionales harán que el acceso a esta nueva movilidad sea mucho más costosa. Costará empleos, en una escala que no podríamos reducir a través de acuerdos previos a la jubilación«.

Finaliza con las siguientes preguntas respecto a las legislaciones aprobadas: «¿Es la política realmente consciente de las implicaciones de sus decisiones? ¿Será capaz de hacer cumplir estas decisiones? ¿Se ha considerado y sopesado suficientemente este procedimiento? En París, la gente sale a las calles solo por una subida de 10 céntimos del precio del diésel«.

Vía | Bild

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