Hace unos meses, Ford y Volkswagen hicieron pública su alianza para desarrollar y producir conjuntamente vehículos comerciales. Este acuerdo afectará tanto a los modelos pick-up (Ford Ranger y F-150, Volkswagen Amarok), como a las furgonetas (todavía no se sabe qué modelos se verán afectados: la gama de Ford está compuesta por los modelos Courier, Connect y Custom en versiones Transit -de carga- y Tourneo -de pasajeros-, así como por la Transit original; mientras que Volkswagen cuenta con las Caddy, Transporter y Crafter).
En su momento, ambas firmas confirmaron que estaban estudiando ampliar su colaboración al terreno de los coches eléctricos, la conducción autónoma y los servicios de movilidad. Aparentemente, este nuevo acuerdo entre ambos fabricantes automovilísticos estaría a punto de ser anunciado, pues algunos medios especializados han tenido acceso a declaraciones de ciertos directivos de Volkswagen que fechan el fin de las negociaciones en el mes de julio.
Hace poco Volkswagen rompió su asociación con la empresa de conducción autónoma Aurora, lo que podría significar que la compañía alemana invertirá en Argo, la división de conducción autónoma de Ford. Así, Argo podría pasar a ser una empresa conjunta bajo la supervisión tanto de Ford como de Volkswagen, lo que le permitiría acelerar el desarrollo de sus coches autónomos y ponerse a la altura de Waymo (Google) y Cruise (General Motors).
Si bien Volkswagen se beneficiará de la tecnología de conducción autónoma de Ford, los americanos podrán utilizar la plataforma modular para coches eléctricos MEB de los alemanes, lo que permitirá agilizar el hasta ahora lento desarrollo de la gama eléctrica de Ford, así como alcanzar una notable reducción de costes que favorecerá a ambas compañías.
Se sabe que el primer coche eléctrico de nueva generación de Ford será el Mach E, un SUV de altas prestaciones con una estética inspirada en el Mustang que será presentado a finales del año 2020. Este vehículo, que gozará de una elevada autonomía de 600 km bajo el ciclo de homologación WLTP (un Tesla Model S Long Range anuncia 610 km WLTP), tendrá tecnología 100% Ford. Sin embargo, más adelante se lanzarán coches eléctricos basados en la plataforma MEB de Volkswagen.
Actualmente, Ford está recuperando numerosas denominaciones clásicas para mejorar su imagen de marca y sus ventas. Más allá del uso del nombre Mach E (un homenaje al Mustang Mach 1 de los años 70), la firma americana recientemente ha presentado el Puma, un SUV del segmento B que retoma la nomenclatura de un exitoso coupé que la marca vendió en los años 90. Además, también está confirmado el regreso del todoterreno Bronco.
En este contexto, es altamente probable que los americanos continúen explotando su legado para aumentar el atractivo de su futura gama eléctrica. Así, no sería de extrañar que el fabricante lance un hermano mellizo de los Volkswagen ID.3 y SEAT el-Born bajo la denominación Escort, un compacto que sustituyó al Ford Anglia y que a su vez fue relevado por el Ford Focus a finales de los 90 (actualmente este nombre se sigue utilizando en un sedán de bajo coste en el mercado chino). Este modelo se situaría por tamaño entre los actuales Fiesta y Focus y sería tracción trasera, como los Escort clásicos.
Existen otras denominaciones que podrían ser recuperadas por Ford para su gama eléctrica, desde el famoso Ka (discontinuado en Europa recientemente) como integrante de la gama de coches eléctricos asequible «MEB Entry Family», hasta el Capri, nombre utilizado por un deportivo en los años 70 y 80 que podría volver bajo la forma de una berlina-coupé eléctrica o incluso como una suerte de Mustang eléctrico.