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Un nuevo estudio indica que los usuarios de bicicletas eléctricas hacen tanto ejercicio como con una bicicleta convencional

El pasado verano se publicaba un polémico estudio del instituto Transportation Research Interdisciplinary Perspectives, donde se indicaba que los usuarios de bicicletas eléctricas hacían incluso más ejercicio que los que tienen una sin asistencia. Algo que levantó una importante polémica y discusión. Ahora desde la Brigham Young University han realizado un estudio de campo para lograr más datos de este debate.

Para el estudio se ha contado con la participación de un grupo de algo más de 30 ciclistas de montaña, y realizó un seguimiento de sus frecuencias cardíacas con monitores y relojes inteligentes mientras recorría en bicicleta un tramo de casi 10 kilómetros.

Cada participante realizó el recorrido dos veces, una con una bicicleta convencional y la otra con una bicicleta eléctrica. El equipo ha visto que entre la bicicleta eléctrica y la convencional apenas había una diferencia de 10 latidos por minuto, lo que supone que desde el punto de vista de la frecuencia cardiaca estos alcanzan el 94% de un ciclista sin asistencia.

Además también han visto que a pesar de que el esfuerzo a nivel cardíaco ha sido similar, la sensación de dureza del recorrido ha sido mucho menor cuando se ha utilizado la eléctrica. Un punto clave en ese estudio.

Esto tiene su traducción en que la bicicleta eléctrica supone un mayor aliciente a los usuarios a salir al campo sin miedo a la fatiga. Algo que tiene su impacto en una mayor frecuencia a la hora de realizar recorridos con la misma respecto a un usuario con una bicicleta sin asistencia, e incluso a la facilidad de afrontar recorridos mucho más largos y exigentes.

Por supuesto frecuencia cardíaca no está absolutamente relacionado con el ejercicio físico, y hay otros factores como la quema de calorías y el ejercicio muscular que no se ha tenido en cuenta en el estudio y que dependen de forma directa del estilo de conducción y el nivel de ayuda que en cada momento utilice el usuario.

Pero este estudio quiere poner sobre la mesa que las bicicletas eléctricas de montaña, donde el usuario pedalea para ayudar a lograr una mayor velocidad y buscar el realizar ejercicio, puede tener un mayor impacto entre aquellas personas habitualmente sedentarias, o de mayor edad, que se sienten intimidadas por salir al monte sin contar con un apoyo en determinados momentos, y que con una bicicleta eléctrica logran reducir sus niveles de sedentarismo, lo que supone en la práctica realizar más ejercicio.

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Fuente | BYU

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