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Europa da luz verde a las ayudas públicas a Opel para la construcción de una fábrica de baterías para coches eléctricos

Opel y la francesa Saft tienen un proyecto para construir una fábrica de baterías en la localidad alemana de Kaiserslautern, que se dedicará a producir baterías para los coches eléctricos del fabricante propiedad del grupo PSA.

La noticia es que ahora Europa ha validado que el gobierno de Alemania otorgue ayudas públicas para poner en marcha esta instalación, y lo han hecho indicando que este proyecto cuenta con un importante valor estratégico, por lo que debe recibir el apoyo de las administraciones locales.

Opel ha comunicado que la decisión permitirá que la empresa conjunta Opel/Saft, llamada Automotive Cell Company (ACC), termine de redactar un plan de negocios para el proyecto, que permitirá que los consejos de Opel y Saft den el visto bueno final a la inversión. Algo que según fuentes cercanas se podría producir incluso antes de finalizar el año. Una señal de la prioridad de esta instalación.

El propio presidente del grupo PSA, Carlos Tavares, ha indicado que la participación pública es fundamental para poner en marcha una instalación que de lo contrario sería enormemente deficitaria, al mismo tiempo que es fundamental para lograr cumplir con los objetivos de reducción de emisiones impuestos por Europa.

Además el Sr Tavares añade otro factor fundamental, y es que indica que sin estas inversiones los fabricantes se verán obligados a acudir a los suministradores chinos y coreanos para cumplir con los futuros objetivos, lo que permitirá a los asiáticos a poner el precio que quieran. Algo que tendrá graves consecuencias para las empresas europeas que quedarán a merced de los suministradores externos.

En total, la Comisión Europea ha dado el visto bueno a las ayudas de siete países de la UE para que otorguen hasta 3.200 millones de euros para apoyar proyectos de investigación e innovación en tecnología de baterías. Los países son Alemania, que destinará 1.250 millones de euros Francia, con 960 millones, Italia, 570 millones, Polonia, 240 millones, Bélgica, 80 millones, Suecia, 50 millones, y Finlandia, 30 millones.

 

Unas ayudas que esperan sirva para incentivar la inversión privada que estiman llegará a los 5.000 millones en el mismo periodo y que permitirán expandir una mínima red de producción de baterías que servirá principalmente para atender una parte de la demanda, y sobre todo para sentar las bases y ganar experiencia para la segunda oleada de coches eléctricos a partir de 2030.

Una dinámica que permitirá a las marcas europeas, y que fabriquen en Europa, reducir la dependencia de los fabricantes asiáticos, lo que ayudará a negociar mejores precios y con ello acelerar la reducción de los precios de los vehículos.

Un movimiento donde como vemos, de nuevo no está una España que va camino de la irrelevancia total en la producción de baterías, en un mercado donde estados mucho menos potentes a nivel económico y sin nuestro importante tejido industrial, están poniendo la carne en el asador para lograr atraer estas estratégicas instalaciones.

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