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Detenidos 185 manifestantes en el Salón de Bruselas tras vandalizar numerosos automóviles, incluidos modelos eléctricos de Tesla. ¿El problema es el coche térmico o el coche en general?

La policía detuvo el pasado sábado a unos 185 manifestantes pertenecientes al grupo ecologista Extinction Rebellion después de que acudieran a protestar al Salón del Automóvil de Bruselas, evento en el que vandalizaron varios vehículos de las marcas Volvo, Peugeot, Honda, Land Rover o incluso Tesla, compañía conocida por fabricar solo coches 100% eléctricos.

El objetivo de los manifestantes era visibilizar el papel de la industria automotriz en el cómputo de emisiones de dióxido de carbono que causan el cambio climático. Un miembro y antiguo portavoz del grupo, Christophe Meierhans, declara que Extinction Rebellion se dirigió a la industria automovilística porque decía «muchas mentiras para vender más coches».

Así, ciertos miembros del grupo se colocaron delante de algunos de los vehículos de la exhibición simulando estar muertos, mientras que otros se cubrieron de pintura que imitaba sangre. Parte de los manifestantes incluso llegaron a encadenarse a los volantes de varios automóviles, pintando sus carrocerías y cristales con lemas como «el coche mata».

Otros miembros fueron por su parte al stand de la empresa petrolífera Shell con las caras cubiertas a corear «Shell mata», hasta que finalmente fueron desalojados por la policía mientras el personal de seguridad bloqueaba el acceso a la zona. Más tarde otro grupo perteneciente a Extinction Rebellion organizó una «performance» a la entrada del evento, pero también fueron detenidos sin oponer resistencia.

En los últimos tiempos, son muchas las ramas del movimiento ecologista que defienden que los problemas de movilidad y de contaminación actuales son debidos en gran medida a los vehículos privados, exponiendo que su solución no pasa por el coche eléctrico, sino por un futuro en el que los automóviles cedan su espacio al transporte público y a las bicicletas.

Esta actitud contrasta con la de numerosos sectores negacionistas del cambio climático, que defienden a ultranza no solo el transporte privado, sino el coche térmico como la solución de movilidad personal por excelencia, esgrimiendo argumentos como la libertad que otorga un automóvil frente al transporte público. Las opiniones diametralmente opuestas de estas facciones están polarizando en los últimos tiempos la opinión de la ciudadanía respecto al futuro del sector del transporte.

La realidad probablemente sea más compleja que lo que unos y otros nos quieren hacer ver. El transporte público por sí solo no puede hacer frente a las necesidades de toda la población, igual que los automóviles no son la opción ideal para ciertos desplazamientos, sobre todo urbanos. ¿La solución? Desde el punto de vista del redactor de este artículo, lo ideal sería un equilibrio entre el transporte público y el privado, pues ambos son necesarios y complementarios. Lo realmente importante sería que la industria centrara sus esfuerzos en hacer que sus vehículos, tanto coches como autobuses, fueran más sostenibles mediante la electrificación.

Fuente | Automotive News Europe

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