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La exitosa estrategia de Tesla: hacer pasar el ahorro de costes por modernidad siguiendo los principios del FIAT Panda

Tesla es un fabricante relativamente joven: creada en 2003, la marca no comenzó a producir su primer modelo, el Roadster, hasta el año 2008. Este deportivo de baja tirada aguantó en producción hasta 2012, cuando fue abandonado en favor del Model S, el primer automóvil fabricado a gran escala por Tesla. Tras él llegaron los Model X (2015) y Model 3 (2017).

Lo cierto es que gracias a sus avanzados y eficientes trenes motrices eléctricos y a su vanguardista tecnología (véase el asistente Autopilot), Tesla ha logrado hacerse un hueco en un mercado que hasta ahora era casi inexpugnable para las startups de reciente creación. Sin embargo, y a pesar de su claro dominio en áreas como el software frente a los fabricantes tradicionales, Tesla adolece su falta de experiencia en otros campos.

Desde su lanzamiento, el Model S fue duramente criticado por la mala calidad de su ensamblaje: paneles de la carrocería mal alineados, desperfectos en la pintura, un interior pobre en acabados… Estos problemas se volvieron a dar en el Model X unos años después. Ambos vehículos contaban con un moderno interior que prescindía de la inmensa mayoría de botones en favor de una enorme pantalla táctil en formato vertical.

El objetivo de producir un habitáculo tan sencillo era lograr un importante ahorro de costes, pues es mucho más sencillo de diseñar, fabricar y ensamblar. Con el Model 3 la firma fue un paso más allá, prescindiendo incluso de la instrumentación digital tras el volante (la velocidad se consulta en la pantalla táctil central) y creando un salpicadero plano, formado por muy pocas piezas.

Este interior maravilló a algunos y provocó rechazo en otros. La justificación de Elon Musk para prescindir de la instrumentación fue que «el Model 3 tendría un elevado nivel de autonomía y no haría falta un cuadro para conducir», algo relativamente alejado de la realidad, sobre todo si tenemos en cuenta que la Capacidad de Conducción Autónoma Total es un extra valorado en 6.400 euros que ni siquiera ha sido activado todavía.

Lo cierto es que, en plena era de los cuadros digitales (capaces de mostrar incluso los mapas del navegador, lo que permite consultar una ruta sin desviar apenas la atención de la carretera), la decisión de Tesla de prescindir de cualquier tipo de instrumentación tras el volante o incluso de un sencillo Head-Up Display es difícil de justificar más allá de un evidente ahorro de costes. Sin embargo, muchos defendieron la decisión de la marca al considerar el salpicadero del Model 3 minimalista y vanguardista.

A pesar de todo, las críticas a los acabados de Tesla siguieron presentes en el Model 3: muchos usuarios se han quejado por ejemplo de la baja calidad de su pintura, que tiene un espesor muy por debajo de la media de la industria, lo que provoca que se dañe con facilidad, provocando incluso óxidos prematuros en unidades con apenas unos pocos miles de kilómetros.

¿La solución? La recién presentada pick-up Cybertruck. Tras este sugerente y vanguardista nombre nos encontramos con un vehículo construido a partir de planchas planas (mucho más sencillas y baratas de fabricar) de acero inoxidable (lo que permite prescindir de la pintura de la carrocería). Más allá de las justificaciones estéticas de Elon Musk, que compara la Cybertruck con un vehículo de ciencia-ficción de los años 80, nos encontramos con un automóvil que sigue las directrices utilizadas para crear el FIAT Panda en 1980.

Giorgetto Giugiaro, diseñador del Panda, creó el modelo con superficies acristaladas planas porque eran mucho más baratas de fabricar; además, su interior era muy sencillo y espartano para reducir costes. ¿La diferencia entre el FIAT Panda y los Tesla Model 3 y Cybertruck? Que el primero era un urbano de bajo coste, y los otros dos son vehículos premium muy caros y envueltos en un aura de vanguardismo.

En una época en la que la mayor parte de fabricantes tratan de reducir costes (mediante el uso de plataformas modulares, sinergias, etc) para poder mantenerse competitivos, aumentar sus ganancias y poder hacer frente a las fuertes inversiones en electrificación que se avecinan, el gran mérito de Tesla es haber conseguido hacer pasar sus estrategias de abaratamiento como soluciones estéticas de vanguardia.

Con todo, parece que la marca americana está explorando otros métodos para reducir costes: el Model Y, el todocamino derivado del Model 3, estrenará un circuito flexible que sustituirá a gran parte del cableado, algo que simplificará su producción enormemente. ¿Regresarán los cuadros de instrumentos a los Tesla en el futuro? Teniendo en cuenta que la marca ha convencido a muchos clientes de que este (útil y cómodo) elemento no es estrictamente necesario en un coche, todo parece indicar lo contrario.

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