Estos días estamos viendo como la crisis del coronavirus esta siendo un verdadero dolor de cabeza para la práctica totalidad de los fabricantes de coches occidentales, y también muchos asiáticos. Las ventas se han desplomado de forma drástica. Algo de lo que no ha sido inmune China donde las matriculaciones de vehículos han caído un 82% en febrero y un 48% en marzo. Una situación que poco a poco se normaliza y donde una marca ha logrado recuperarse incluso antes de lo esperado. Tesla.
Aunque todavía es un actor pequeño en un mercado gigantesco, la evolución de las entregas de los norteamericanos en el mercado chino le están permitiendo compensar la bajada que sufren el resto por culpa del cierre de la fábrica de Fremont. En febrero apenas lograban entregar 3.600 unidades en el gigante asiático, una cifra que se disparó en marzo hasta su número más alto desde que operan en este mercado, 10.600 unidades.
A esto se añade el inicio de la producción de los Model 3 Long Range de tracción trasera destinados al mercado local, que ofrecen la mayor autonomía a menor precio, y además con un margen de beneficio superior a las unidades producidas en California.
Factores que se suman a las buenas cifras del primer trimestre que ha visto como las entregas a nivel mundial han sido más altas de lo esperado, con 88.000 unidades, lo que convierte este periodo en el mejor primer trimestre de la historia de Tesla. Un periodo que tradicionalmente ha sido el más flojo del año para los de Elon Musk que suelen hacer un sprint final intenso que lleva a las proyecciones a unas entregas este año por encima de las 400.000 unidades.
Todo esto ha provocado que el optimismo haya vuelto a rodear a unas acciones que han visto como en los últimos días disparaban su valor, con una jornada la de ayer lunes donde se disparaban un 13.6%, mientras que el crecimiento desde su momento más bajo de este año, el 18 de marzo, ha sido del 80%.
La pregunta de cuales son las razones de esta extraña anomalía en un mercado en retroceso se pueden explicar por el carácter prácticamente único de Tesla. Una marca que todavía no cuenta con una competencia firme capaz de hacerle sombra a sus modelos más populares, el Model 3 y Model Y. También está su diversificación de la producción, con plantas en Estados Unidos, China, y próximamente en Europa. Podemos añadir el haber apostado por la venta online e incluso antes de la crisis sanitaria por la entrega a domicilio. Algo que se ha reforzado durante la pandemia en mercados como el europeo. Una compra sin contacto que los fabricantes tradicionales apenas se han llegado a plantear, y que ahora empiezan a ver como una alternativa fundamental.
No nos olvidamos de la conciencia que esta situación ha despertado entre muchos compradores, que han visto como la paralización de la actividad y el transporte ha permitido el disfrutar de los cielos más limpios que se han visto en muchos años, y donde una movilidad eléctrica podría ayudar a mantener en gran parte.
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