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Nissan podría cerrar su fábrica de Barcelona. ¿Adiós a la furgoneta eléctrica e-NV200?

Corren malos tiempos para la fábrica de Nissan en Barcelona. En los últimos años, la planta ha sufrido varios varapalos: ha dejado de producir el compacto Pulsar, ha visto como su furgoneta NV200 era sustituida por la NV250 fabricada en Francia en colaboración con Renault, y ha padecido el estrepitoso fracaso de las pick-up Renault Alaskan y Mercedes-Benz Clase X, derivadas de su modelo Navara y fabricadas por la propia compañía japonesa en su factoría española.

Actualmente son dos los modelos que mantienen con vida la fábrica: la antes mencionada Navara, y la furgoneta eléctrica e-NV200. Sin embargo, todo parece indicar que el impulso de estos modelos será insuficiente para salvar el centro, sobre todo si tenemos en cuenta que la e-NV200 será sustituida a corto plazo por una furgoneta derivada de la próxima Renault Kangoo Z.E, la cual se fabricará al igual que la actual NV250 en Francia.

La Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi tampoco pasa por su mejor momento, y la crisis que está viviendo el sector a raíz del coronavirus no ha hecho más que empeorar la situación del grupo franco-japonés. A pesar de que la relación entre Renault y Nissan se ha deteriorado profundamente durante los últimos meses a raíz de la detención y posterior huida de la justicia japonesa del ex-director ejecutivo de la compañía, Carlos Ghosn, todo parece indicar que ambas empresas trabajarán codo con codo para evitar su colapso.

Entre los planes de reestructuración de la Alianza habría que destacar la nueva distribución territorial del grupo: Renault se centrará en sus fábricas europeas, mientras que Nissan hará lo propio con las asiáticas. Esta estrategia ya ha comenzado a tomar forma, pues los franceses han anunciado que pasarán a vender exclusivamente coches eléctricos y furgonetas ligeras en China.

Aparentemente Nissan estaría negociando una línea de crédito de 4.600 millones de dólares con un grupo de bancos japoneses con el objetivo de poder acometer su reestructuración. Diversos medios aseguran que la compañía anunciará sus planes de ajuste a lo largo del mes de mayo, coincidiendo con su junta de accionistas.

A día de hoy Nissan tiene dos fábricas en Europa: la española de Barcelona, y la inglesa de Sunderland. Aparentemente ambas factorías correrían el riesgo de cerrar tras la reestructuración de la Alianza, pues serían las plantas de Renault las encargadas de producir los modelos de Nissan para el mercado europeo, algo además relativamente sencillo dado que gran parte de los modelos vendidos actualmente por ambas marcas en el viejo continente comparten plataformas y motores.

A pesar de la crisis sanitaria, Nissan ha retomado recientemente la actividad en su planta de Barcelona, si bien por el momento solo hay una única línea de producción en marcha: la de la pick-up Mercedes-Benz Clase X, la cual debe seguir fabricando por obligación contractual. Los sindicatos, al ver que Nissan no ha retomado la producción de ningún modelo propio, han anunciado una huelga general.

Aunque el final de la fábrica y el despido de sus miles de empleados podría llevar meses fraguándose, posiblemente la crisis sanitaria sirva como excusa perfecta a la compañía japonesa para justificar el cierre de la planta. El comité de empresa y los representantes de los sindicatos de Nissan han mantenido esta semana una reunión telemática con el director de la empresa en Europa para tratar de esclarecer el futuro de la factoría.

Nissan afirma que el futuro de sus instalaciones en Barcelona continua siendo discutido en Japón, si bien se espera que para antes de verano se conozcan los resultados de sus deliberaciones. En un principio la compañía presentará un Plan Industrial para la fábrica catalana a corto plazo, si bien la plantilla se muestra intranquila ante las incógnitas que rodean la continuidad de la factoría.

Algunos sindicalistas y trabajadores denuncian que Nissan solo ha reactivado la producción de la Mercedes-Benz Clase X durante un mes para poder cumplir su contrato con Daimler, estando previsto que una vez finalizado dicho periodo la fábrica vuelva a quedar cerrada «hasta verano». Esta decisión es vista como una demostración más de las intenciones de Nissan de cerrar la planta.

El hecho de que la empresa afirme que la línea de producción de la e-NV200 no se ha reactivado porque hay una gran cantidad de unidades de stock tampoco ha tranquilizado a los sindicatos, que han organizado la huelga general con un objetivo claro: si Nissan no da garantías de que la fábrica de Barcelona continuará funcionando, entonces no se fabricará la pick-up alemana durante el mes de mayo.

La multinacional japonesa dispone de cinco factorías en España: a la fábrica de automóviles en Barcelona habría que añadir otras cuatro dedicadas a la producción de diversas piezas y componentes, las cuales se sitúan de nuevo en Barcelona, Montcada i Reixach, Ávila (la cual hasta el año pasado fabricaba camiones) y Los Corrales de Buelna (Cantabria).

Aunque en los últimos meses los sindicatos tenían grandes esperanzas depositadas en el futuro de la planta de Barcelona, ahora existe un temor generalizado de que con su cierre no solo se pierdan los puestos de trabajo de los operarios de la factoría, sino también miles de empleos indirectos de toda la industria proveedora, lo cual supondría un duro golpe para la economía del país.

Por el momento tampoco está claro qué hará Nissan con la planta británica de Sunderland, en la que actualmente se fabrican los Juke, Qashqai y LEAF. Esta factoría tiene además la desventaja de que con el Brexit el precio de los vehículos que produzca podría verse incrementado debido a la aplicación de aranceles en Europa continental.

Si finalmente Nissan decide discontinuar la producción en Sunderland (algo que no ocurrirá de inmediato, pues la compañía acaba de realizar una importante inversión en las instalaciones para producir el nuevo Juke), las grandes beneficiadas serían las plantas españolas de Renault, pues el Juke es hermano del Captur, fabricado en Valladolid, mientras que el Qashqai lo es del Kadjar, producido en Palencia.

En cuanto al relevo del compacto eléctrico LEAF, cuya fecha de llegada al mercado todavía se desconoce, podría fabricarse en la planta francesa de Douai, cuyas líneas de montaje ya están siendo adaptadas para acoger la plataforma modular eléctrica CMF-EV de la Alianza. Respecto a los modelos fabricados en Barcelona, todo parece indicar que las Renault Alaskan y Mercedes-Benz Clase X morirán sin descendencia, mientras que la e-NV200 como hemos indicado antes será sustituida por un modelo fabricado en Francia. La Navara por su parte podría comenzar a importarse desde Tailandia, si bien todo esto es por el momento mera especulación.

A pesar de las malas noticias que rodean a la planta de Nissan en Barcelona, por el momento la industria automovilística española parece mantener una buena salud: las fábricas de PSA (Peugeot-Citroën, Opel) en Vigo, Zaragoza y Madrid; las de Renault en Valladolid y Palencia; las de Volkswagen/SEAT en Martorell y Pamplona; la de Mercedes-Benz en Vitoria… Todas ellas parecen tener el futuro asegurado gracias a la asignación de nuevos modelos.

Además, algunos de estos vehículos serán 100% eléctricos: las versiones eléctricas de las furgonetas K9 (Citroën Berlingo, Peugeot Rifter/Partner, Opel Combo, Toyota Proace City) y del SUV Peugeot e-2008 en Vigo, el Opel Corsa-e en Zaragoza, el Citroën C4 eléctrico en Madrid, las Mercedes-Benz eVito y EQV en Vitoria… Sin embargo, hay otra fábrica española además de la de Nissan cuyo futuro es incierto: la de Ford en Valencia, cuyos planes a medio plazo todavía son desconocidos.

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