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Francia impondrá un nuevo impuesto a los coches que pesen más de 1.800 kg, con exenciones a híbridos enchufables y eléctricos

El gobierno francés sigue embarcado en su lucha por reducir la contaminación de su parque automovilístico. Tras medidas como el sistema de bonus/malus, la inminente reforma del impuesto de matriculación para aumentar la carga a los modelos más contaminantes o las suculentas ayudas concedidas a los coches eléctricos, ahora llega un nuevo gravamen para los turismos más pesados (y con ello menos eficientes).

La ministra de Transición Ecológica, Barbara Pompili, afirma que esta medida constituirá una señal fuerte y necesaria para tener en cuenta la huella ecológica de los coches más pesados, haciendo notar que a mayor peso, más materiales y energía consumidos, más contaminación y menos espacio público disponible. Por ello, muchos han visto esta propuesta como una normativa anti-SUV.

Aunque todavía no se conocen todos los detalles, se sabe que los vehículos afectados serán los que pesen más de 1.800 kg, estando exentos los coches eléctricos, los de hidrógeno y los híbridos enchufables, así como los comprados por familias numerosas que puedan necesitar un automóvil de gran tamaño para cubrir sus necesidades de espacio (monovolúmenes de siete plazas, por ejemplo).

Los SUV de los segmentos B y C, los más «ligeros», no sufrirán el impacto de esta medida, dirigida principalmente a las categorías superiores. Algunos grupos ecologistas han denunciado sin embargo que el objetivo inicial era gravar a los turismos con pesos superiores a los 1.400 kg, propuesta que finalmente se ha diluido, probablemente para no dañar las ventas de los modelos más populares de sus marcas patrias (la mayoría de SUV vendidos por Renault, Peugeot y Citroën son pequeños y medianos).

Los esfuerzos por parte del gobierno galo de promover la compra de vehículos más pequeños y eficientes contrasta con la tendencia seguida por los fabricantes europeos, que están apostando con fuerza por los rentables SUV en paralelo a un paulatino abandono del segmento A (urbanos) por el escaso margen de beneficio de este tipo de vehículos. ¿Es el momento de crear una fiscalidad más ventajosa para los coches pequeños, como ya hacen países como Japón o India?

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