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Japón lanza su primer submarino dotado de baterías de litio

Las aplicaciones de las baterías de litio extienden sus tentáculos gracias a su constante evolución y reducción de precios. Después del transporte por carretera, ahora esta tecnología se atreve con los submarinos.

Japón ha lanzado su primer submarino dotado de baterías de litio. Un trabajo que es el resultado de una década de investigación y desarrollo de un modelo impulsado por lo que ha sido catalogado como un innovador sistema diesel-eléctrico.

Este modelo de la clase Taigei fue botado el pasado 14 de octubre en el astillero Mitsubishi Heavy Industries de Kobe. Al evento asistieron el ministro de Defensa de Japón, Nobuo Kishi, y el jefe de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF), Hiroshi Yamamura.

Se trata de un modelo de 84 metros de eslora y con una capacidad de desplazamiento en superficie de alrededor de 3.000 toneladas. También es el submarino más grande que Japón ha construido después de la Segunda Guerra Mundial.

Puede acomodar hasta 70 tripulantes, y durante su presentación el Ministerio de Defensa de Japón ha destacado que el nuevo submarino ofrecerá un «entorno adecuado para mujeres submarinistas», después de que la primera mujer ingresara a la academia de submarinistas japoneses a principios de 2020.

Entre los beneficios de adoptar las baterías de litio está el contar con una mayor resistencia a altas velocidades cuando está sumergido. También contará con una carga de las propias baterías más rápida, y una vida útil del propio pack mucho mayor que las de plomo. A esto añadir la mayor densidad energética de las propias baterías, que reducirán el uso de los motores diésel, y por lo tanto se aumentará su autonomía en silencio. Completan las razones de su adopción otros factores como su menor volumen y menor mantenimiento.

Todos estos beneficios han supuesto un esfuerzo económico que ha sido aceptado por el gobierno japonés. Según los datos disponibles, la construcción ha tenido un coste de 710 millones de dólares, lo que supone una diferencia de un 45% más respecto a un modelo estándar de clase Soryu dotados de baterías de plomo.

Una nueva tecnología en una vieja aplicación, que también permitirá explorar nuevas innovaciones en apartados como la propia propulsión, todo en un momento complicado en lo geopolítico en la región que ha llevado al gobierno nipon ha reactivar su industria armamentística.

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