Volkswagen está expandiendo significativamente la su departamento de recarga para coches eléctricos. Tanto lo relacionado con la recarga pública, como también el pujante sector de la recarga privada. Algo que le ha llevado a dar un paso adelante con una expansión que le permitirá seguir creciendo en uno de los apartados dentro del ecosistema de la movilidad eléctrica con más potencial de futuro.
Esta semana, el fabricante alemán ha confirmado la instalación de 750 nuevos puntos de carga públicos en 2021, que incluirán puntos de 11 o 22 kW situados en sus concesionarios, pero también en lugares de acceso público, e incluso estaciones de carga ultrarrápida de 300 kW.
Con este nuevo impulso, el próximo año Volkswagen espera tener instalados unos 2.000 puntos de recarga, algo que supondrá un 50% más que en la actualidad. Cifra que crecerá hasta los 4.000 puntos para 2025.
Uno de los ejemplos de esta nueva visión es su fábrica de Wolfsburgo, donde los trabajadores y visitantes tienen a su disposición 500 puntos de recarga. Unas instalaciones que además indican, están alimentadas por energías renovables.
Pero esto por un lado podría tener una lectura negativa, ya que como sabemos instalar puntos de recarga en recintos privados como concesionarios no ha sido una idea demasiado buena desde el punto de vista operativo, ya que su uso dependerá de lo que diga el dueño de la concesión, y los fabricantes todavía no tienen muy claro si cobrar por su uso, o como hacerlo. Algo que de momento tampoco se ha aclarado en esta nota de prensa.
También está el apartado de la división de esfuerzos que están practicando las diferentes marcas europeas. Es el caso de Porsche, y la propia Volkswagen, que participan en el consorcio IONITY. Una iniciativa que está desplegando una ambiciosa red de carga ultrarrápida por Europa. Pero al mismo tiempo ambas marcas están desplegando sus propios puntos de 300 kW en determinados emplazamientos. Redes paralelas a la propia IONITY.
Pero sin duda la parte más importante es la relacionada al negocio de la recarga privada. Este se ha personificado en una nueva “concepción integral” de la movilidad presentada el pasado año y denominada Elli.
Dentro de este proyecto, la marca alemana ofrecerá sus puntos de recarga para clientes y red de concesionarios. Además, es importante destacar que la nueva infraestructura que propone Elli, permitirá que los puntos de carga se integren en el sistema de conectividad ‘We Charge’.
Una iniciativa que está en pleno auge. Solo en los últimos tres meses, las entregas de cargadores a clientes alcanzaron una cifra de cinco dígitos. Algo provocado por el inicio de las entregas del ID.3, que ha venido acompañado por una demanda de soluciones de recarga llave en mano. De esa forma el cliente al comprar el coche, contrata también la instalación del punto de recarga. Algo que hasta ahora los fabricantes habían dejado algo de lado, pero que como vemos, puede suponer un importante negocio que compense la menor tasa de visitas al taller de los eléctricos.
Como recordamos, los cargadores de la marca están disponible con tres tipos. La versión básica funciona con un cable de Tipo 2 y carga hasta 11 kW y tiene un coste solo para el equipo de 399 euros. La segunda opción, denominada Volkswagen ID.Charger Connect, incluye conexión y gestión vía smartphone, y tiene un precio de 599 euros. La tercera versión es la Volkswagen ID.Charger Pro, con un precio de salida de 849 euros, y cuenta con un medidor eléctrico integrado para una mejor gestión de la carga y una facturación más precisa.
Como vemos, precios competitivos que sirven de ejemplo para el resto de fabricantes de que además de vender el coche, tienen la posibilidad de explotar el negocio de la carga tanto privada, como también la de flotas, como una forma de diversificar su negocio y compensar la futura caída de horas de trabajo en el aspecto mecánico.
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Fuente | Volkswagen