Europa prepara un enorme plan de recuperación. Ayudas a los coches eléctricos y exención de IVA

Bloomberg ha tenido acceso al borrador del programa que prepara la Unión Europea para lograr una salida de la crisis lo más sostenible posible. Un proyecto que sorprende por lo ambicioso de su planteamiento en apartados como el coche eléctrico, que recibirá un impulso definitivo ya en los próximos dos años.

Este proyecto se dividirá en varios frentes. Por un lado los fabricantes que opten por producir coches eléctricos podrán acceder a ayudas y financiación extra para poder recuperarse del enorme impacto de la crisis sanitaria y la que vendrá posteriormente.

Algo que en la práctica permitirá facilitar los planes de eliminar propuestas diésel y gasolina de las diferentes gamas, para sustituirlas por coches eléctricos. Algo que ya estaba en marcha, pero que ahora podría acelerarse gracias al impulso desde la administración europea que espera invertir entre 40.000 y 60.000 millones en este programa que supondrá el desarrollo de nuevos modelos eléctricos y con ello la ampliación de la oferta disponible.

La UE también es consciente de que sin una buena red de recarga, las ventas de coches seguirán siendo débiles. Es por eso que prepara un planta para ampliar dicha infraestructura de forma drástica, con la instalación de 2 millones de puntos de recarga públicos en los próximos cinco años.

Y una vez se despliega la oferta de vehículos, la red de recarga, le toca el turno a la cuestión de la compra de esos vehículos. Para ello Europa prepara una dotación de unos 20.000 millones de euros en los próximos dos años para que los estados amplíen o pongan en marcha programas de ayudas a la compra de eléctricos.

No solo eso. Además en un movimiento que para muchos es crucial y un punto de inflexión, Bruselas habilitará a los estados a poder aplicar la exención del IVA a los coches eléctricos. Una herramienta que como hemos visto en el caso de Noruega ha sido fundamental para lograr una rápida implantación de las formas sostenibles de movilidad.

Un gigantesco esfuerzo que desde Europa esperan sirva para disparar tanto la oferta como las ventas de coches eléctricos en los próximos años, lo que sin duda tendrá una cascada de consecuencias como una mayor inversión en nuevas tecnologías, así como en energías renovables, el descenso de las emisiones, así como la consecuente reducción del consumo de petróleo y de la dependencia energética de las futuras generaciones.

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