Según informa el diario británico The Guardian, Elon Musk se puso en contacto con las autoridades del Reino Unido para pedir un aumento de los impuestos al diésel y gasolina como una forma de incrementar los fondos para las ayudas a la compra de coches eléctricos.
Además también ha solicitado según la noticia, un aumento en el impuesto de matriculación, para de esa forma contar con más dinero para poner en marcha iniciativas que se han propuesto desde varios sectores como es también la aplicación de la exención del IVA para los eléctricos.
Sobre el papel, estas medidas supondrían por un lado hacer menos atractivos los modelos con motor de combustión al incrementar en varios miles de euros tanto el coste del propio vehículo, como los repostajes, al mismo tiempo que se produciría un descenso en el precio de los modelos eléctricos.
Tesla argumentó que para una ayuda a la compra de 3.000 libras (3.476 euros al cambio) podrían ser «neutrales en ingresos para la administración» con un incremento de los impuestos de apenas 49 libras por automóvil de gasolina o diésel vendido en 2019. Una cifra que tiene en cuenta las ventas de eléctricos ese año, que aumentarían hasta las 750 libras por unidad vendida lleguen a un 20% de cuota. Una cantidad que podemos comparar con el 6.6% logrado en 2020.
Tesla también argumentó que los fabricantes deberían verse obligados a lograr unas cuotas mínimas de ventas de eléctricos, siguiendo el ejemplo de California o de China. Otras propuestas de los americanos han sido desde pagar por achatarrar los coches más contaminantes, exenciones fiscales para los usuarios de coches de empresa, y la llamada «promesa de carga». Una propuesta que supondría que el gobierno instalaría cargadores en cualquier calle del Reino Unido cuando se le solicite formalmente.
Unas peticiones que va en la línea de las declaraciones realizadas el pasado año desde la propia Tesla, y donde se indicada que: «Apoyar la adopción de vehículos de sin emisiones a través de mecanismos para hacer que los modelos con motor de combustión paguen por el daño que causan es completamente razonable y lógico. El resultado puede ser un sistema de ingresos neutrales para el gobierno«.
Un aumento de la carga impositiva a los sistemas de combustión que ha sido apoyado por diferentes sectores, al ser una de las más efectivas. Y como ejemplo tenemos el caso de éxito de aquellos mercados que lo han aplicado, como Noruega, que ha sido un casi paradigmático donde se han juntado todas las medidas posibles a poner en marcha desde las administraciones.
Pero al mismo tiempo otros indican que el caso de Noruega no es aplicable a otros grandes estados. Y como ejemplo ponen a Francia, donde la propuesta de incremento de los impuestos a los carburantes en 2018 se convirtió en un movimiento masivo, los famosos chalecos amarillos.
Unas movilizaciones masivas que obligaron finalmente a la administración a dar marcha atrás debido a que el alza de los impuestos afectarían principalmente a los usuarios privados y rentas medias y bajas, ya que las grandes empresas cuentan con mecanismos fiscales para librarse de estos incrementos y continuar contaminando.
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