La administración Biden podría incrementar las ayudas a la compra de coches eléctricos hasta los 10.000 dólares

Desde hace unos años, Estados Unidos ofrece a nivel estatal un crédito fiscal de 7.500 dólares para aquellos que decidan comprar un vehículo eléctrico. Sin embargo, con el paso de la administración Trump a la administración Biden, recortar la enorme brecha abierta por China y Europa respecto a Estados Unidos en materia de electromovilidad se ha convertido una de las prioridades del gobierno federal.

Algunos rumores indican que el Ejecutivo podría incrementar la cuantía del crédito fiscal hasta los 10.000 dólares, algo que sin duda ayudaría a estimular la demanda. Recordemos además que estas ayudas se pueden complementar con los diferentes planes paralelos gestionados por los propios estados, como es el caso de California.

«Estamos escuchando de nuestros contactos en Beltway que el crédito fiscal de 7.500 dólares podría pasar a ser de 10.000 dólares, convirtiéndose en un catalizador masivo no solo para Tesla, sino también para el ecosistema de vehículos eléctricos de Estados Unidos», afirma Dan Ives, analista de Wedbush.

Con todo, aparentemente los incentivos a partir de ahora solo se concederían a los vehículos eléctricos fabricados en suelo estadounidense, lo que dejaría fuera de los programas de ayudas a modelos como el Ford Mustang Mach-E, que se ensambla en México, así como a las primeras unidades del Volkswagen ID.4, que actualmente se importa desde Europa y que no comenzará a ensamblarse en Chattanooga (Tennessee) hasta 2022.

Sin embargo, la gama Tesla al completo podría beneficiarse de este nuevo sistema: hasta ahora, el crédito fiscal solo se aplicaba a marcas que hubieran vendido menos de 200.000 coches eléctricos en el país, algo que en realidad «castigaba» a los fabricantes pioneros en materia de electromovilidad. Aunque recientemente se subió este límite a 400.000 unidades, ahora podría eliminarse por completo.

El Gobierno estadounidense invertirá alrededor de 174.000 millones de dólares en incentivos para la fabricación y la compra de automóviles eléctricos, así como para la creación de 500.000 puntos de carga en todo el país. Esta partida supondrá el 8,7% del presupuesto de 2 billones de dólares que la administración Biden quiere destinar a la reforma de las infraestructuras del país.

Fuente | Electrek

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