Durante años, China ha sido el principal emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Sin embargo, en los últimos tiempos las autoridades del país han comenzado a tomarse en serio esta problemática, como demuestra el objetivo del gobierno para lograr que la huella de carbono de la región tienda a cero de cara al año 2060.
Actualmente China es uno de los principales líderes de las nuevas industrias del transporte sostenible y la energía limpia, habiéndose constituido durante años como el principal mercado de coches eléctricos del mundo. Sin embargo, los fabricantes e instituciones europeos están pisando el acelerador para recortar distancias con el gigante asiático.
Sin embargo, China casi monopoliza por completo la producción de «tierras raras», entre las que se encuentran algunos metales clave para la cadena abastecimiento de estos nuevos sectores. En algunos casos, China aglutina incluso el 90% de la producción de estas materias primas. Por lo tanto, la hegemonía de la superpotencia todavía tardará años en poder ser cuestionada.
Si bien los esfuerzos de las autoridades chinas para lograr que el país reduzca sus emisiones contaminantes son evidentes, lo cierto es que en paralelo la producción de carbón para satisfacer la creciente demanda energética del país ha aumentado de forma preocupante durante los últimos años. Así, sus ambiciosos planes de desarrollo podrían poner en peligro sus objetivos de emisiones… así como los del resto del mundo.
No podemos perder de vista la influencia de la pandemia mundial en esta situación, pues tras la fuerte crisis vivida el año pasado y con la seguridad económica y energética en mente, muchas provincias chinas decidieron incrementar su producción de carbón. De hecho, China estima que en los próximos años seguirá aumentado sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta alcanzar un máximo en 2030.
A pesar de todo, un informe del CREA (Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio) señala que si bien la tendencia inmediata en Asia es un repunte en el consumo de carbón, a largo plazo es a la baja. De hecho, actualmente existe un claro consenso acerca de que el sector del carbón está viviendo su declive final.
Aunque sustituir los combustibles fósiles de la noche a la mañana es casi imposible, los expertos coinciden en señalar que el carbón debería ser el primero en desecharse debido a su importante huella de carbono asociada. Solo así será posible cumplir con los Acuerdos de París.
Fuente | MINING.com
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