Durante años, Tesla confió exclusivamente en el suministro de celdas de Panasonic para la fabricación de los packs de baterías de sus coches eléctricos. Ya fuera en formato 18650 (Model S, Model X) o 2170 (Model 3, Model Y), todos los modelos producidos en la planta de Fremont (Estados Unidos) contaban en sus entrañas con baterías NCA (níquel-cobalto-aluminio) del proveedor japonés.
Sin embargo, esta estrategia comenzó a cambiar con la inauguración de Giga Shanghái en diciembre de 2019. Para su primera planta en suelo chino, Tesla decidió confiar en otros proveedores de baterías por primera vez en su historia. Así, los Model 3 Long Range producidos en la factoría asiática pasaron a montar celdas NCM (níquel-cobalto-manganeso) de LG Chem, mientras que en los Model 3 Standard Range Plus RWD se apostó por unas asequibles celdas LFP (litio-ferrofosfato) de CATL.
Tesla no pretende quedarse ahí, pues ya está negociando con un segundo proveedor de celdas LFP (EVE Energy) con el objetivo de reforzar su suministro ante la futura escasez de níquel que según Elon Musk golpeará pronto a la industria. Además, la compañía también planea introducirse de lleno en el negocio y fabricar sus propias celdas por su cuenta.
Esta estrategia de diversificación parece estar dando sus frutos, pues de acuerdo con una serie de informes, Tesla será el primer fabricante en beneficiarse de las nuevas celdas NCMA (níquel-cobalto-manganeso-aluminio) de LG Chem, adelantándose a General Motors, que también planea utilizar estas baterías en el nuevo GMC Hummer EV.
La principal ventaja de las celdas NCMA es que están compuestas en un 90% de níquel, reduciendo el porcentaje del costoso cobalto en alrededor de un 5%. Estas baterías en un principio se utilizarán en el Model Y fabricado en Giga Shanghái, si bien LG Chem todavía no ha comenzado su producción debido a que se encuentra evaluando su rendimiento.
Gracias a su riqueza en níquel, las baterías NCMA de LG Chem deberían ofrecer no solo un coste inferior por ejemplo al de las celdas NCM 811 de última generación (80% de níquel, 10% de cobalto y 10% de manganeso), sino también una densidad energética superior, lo que se traducirá en autonomías más amplias a un precio más competitivo.
En paralelo, Tesla está tratando de asegurarse el suministro de níquel para los próximos años, pues esta materia prima seguirá siendo un elemento clave en las baterías de los coches eléctricos durante mucho tiempo. Sin embargo, en sus modelos de acceso (Standard Range) la firma norteamericana apostará por la química LFP, lo que le permitirá reservar el preciado níquel para sus vehículos más caros y con mayor autonomía.
Fuente | Teslarati
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