Los coches híbridos enchufables se están haciendo cada vez más populares y numerosos en las carreteras de toda Europa. La carrera por reducir las emisiones ha provocado que el motor de combustión interna se convierta en una tecnología incapaz de cumplir con los nuevos y futuros estándares de una economía y sociedad descarbonizada. Por este motivo los grandes fabricantes tradicionales, antes de dar el salto a la movilidad cero emisiones absoluta, parecen empeñados en crear un paso intermedio hacia una sociedad libre de emisiones en sus calles.
Antes de que todos los coches sean 100% eléctricos o de hidrógeno como a ciertos fabricantes y empresas petroleras les gustaría, asistiremos a un mercado híbrido con automóviles dotados del viejo motor de combustión, un motor eléctrico y una batería que podremos recargar como hacen los eléctricos puros.
De la mano de una doble motorización térmica y eléctrica, junto con una batería recargable mediante un enchufe convencional o tipo 2, se reducirán las emisiones de dióxido de carbono homologadas. Las reales dependerá del tipo de uso del automóvil y de si los propietarios cargan sus baterías para evitar que el motor térmico entre en acción.
¿Qué debemos saber?
Pese a las bonanzas y las homologaciones de los consumos, el uso diario de un híbrido enchufable puede generar consumos, y emisiones agregadas, mayores de lo esperado. Especialmente cuando se realizan largos viajes por carreteras y autopistas.
Esta situación se ha puesto de manifiesto a través de diversos estudios, algunos de los cuales demuestran que estos automóviles ‘electrificados’ ponen en peligro los objetivos climáticos de Alemania para 2030.
Cuando un híbrido enchufable va a ser homologado bajo el ciclo europeo que mide los consumos como el WLTP, las pruebas se realiza con la batería cargada por completo circulando hasta que esta se descarga por completo.
A continuación el ente homologador repite la prueba con la batería a cero, esto provoca que el motor térmico funcione sin ayuda alguna para mover el vehículo. Durante todas estas pruebas se vigilan las emisiones que salen por el tubo de escape.
Este tipo de test permiten averiguar la autonomía en modo eléctrico, algo que determina de forma absoluta el consumo que finalmente anuncia cada fabricante en la publicidad, que viene expresada en litros/100 km.
Para un híbrido enchufable que pueda recorrer 50 km únicamente gracias a la energía almacenada en su batería, con un consumo de descarga de 5 litros/100 km, la cifra homologada finalmente será de 2,5 litros a los 100 km.
En este caso se han calculado los primeros 50 km realizados gracias al motor eléctrico y la batería junto con los recorridos mediante el uso del motor de combustión interna.
¿Merecen la pena el híbrido enchufable?
La respuesta a esta pregunta puede venir dada en función del uso que usuario haga y demande a su automóvil. Para aquellas personas que se desplazan diariamente en torno a 30 km, puede que un híbrido enchufable pueda permitirle evitar las emisiones y ahorrar en combustible. Siempre y cuando pueda partir cada mañana con la batería completamente cargada.
El coste operativo del vehículo bajo estas circunstancias será realmente bajo. Pero para trayectos más largos y viajes por autopista, por ejemplo, la carga de la batería desciende rápidamente con lo que el consumo será similar o incluso superior al de un coche de gasolina tradicional del mismo segmento y tipología.
Un híbrido enchufable con su batería agotada debe seguir moviendo el peso extra del sistema eléctrico (motor, electrónica y batería), algo de lo que un automóvil convencional equivalente carece mejorando su peso en orden de marcha.
La ausencia de regeneración durante los largos recorridos de autopista no permiten recuperar energía. A esto hay que sumar las restricciones de acceso a las ciudades, donde aquellas europeas más avanzadas pronto obligarán a circular en modo eléctrico a todo vehículo que acceda a una Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Esto implica que si tras un largo recorrido debemos recargar la batería usando el motor térmico los consumos se doblarán como mínimo, como hemos podido probar en FCE en diferentes ocasiones y pruebas realizadas por este medio.
Este puede ser un factor limitado puesto que la mayoría de los híbridos enchufables no soportan la carga rápida, por lo que un stop de unos minutos no será suficiente ara recargar la batería y acceder al centro de la ciudad.