A raíz de las ayudas concedidas durante años por el gobierno chino a los fabricantes de coches eléctricos, el país asiático se ha convertido en el mayor mercado del mundo para este tipo de vehículos, con una oferta amplia y variada y una industria que, ahora sí, puede competir de tú a tú con Estados Unidos, Europa y Japón.
Sin embargo, las subvenciones estatales también han tenido como efecto colateral la aparición de muchos pequeños fabricantes poco competitivos y totalmente dependientes de las ayudas para mantener con vida su negocio. Para remediar esta situación, las autoridades chinas quieren regular el número de marcas y modelos disponibles en el mercado.
En los últimos tiempos, las autoridades chinas han invertido alrededor de 100.000 millones de dólares en la industria del coche eléctrico, lo que ha tenido como consecuencia la creación de unas 300 marcas diferentes, una oferta prácticamente inabarcable y a todas luces insostenible, pues muchas de ellas no son económicamente viables por sí solas.
Si hace unos meses se anunció un endurecimiento de los requisitos necesarios para obtener una licencia de fabricación, ahora los dirigentes chinos tratarán de tomar el control de la situación para consolidar su industria, pues actualmente es un gigante con pies de barro que podría desmoronarse ante la inminente embestida de Europa, cuyos fabricantes están tratando de recortar distancias mediante ingentes inversiones.
China ha invertido 100.000 millones de dólares en la industria del coche eléctrico
Dado que la demanda del mercado no es infinita y actualmente hay demasiados contenientes luchando por hacerse con un trozo del pastel, Xiao Yaqing, supervisor del mercado automotriz, ha instado a que los fabricantes se fusionen y se reestructuren para crear grupos más granes y competitivos, eliminando por el camino las marcas más pequeñas e ineficientes.
El objetivo perseguido con este movimiento es lograr que la industria automovilística china sea más fuerte a nivel internacional, con menos compañías, pero mucho más potentes y viables. Dado que el gobierno está reduciendo las ayudas a la compra de coches eléctricos, a muchas empresas no les quedará más remedio que fusionarse o desaparecer.
Tras años de intentos infructuosos, las marcas chinas están comenzando a expandirse a los mercados internacionales aprovechando el auge del coche eléctrico. Aiways, BYD, NIO o XPeng son algunos de los fabricantes que ya han comenzado a operar en el viejo continente, si bien a corto plazo se unirán otros como ORA, perteneciente al gigante Great Wall.
Fuente | Caradisiac
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