Aunque Toyota llega un poco tarde a la oleada de lanzamientos en vehículos eléctricos, hay que reconocer que en híbridos es pionera, con 18,7 unidades comercializadas desde 1997. Para 2050 tiene el objetivo de cero emisiones netas, y en 2030 tener una gama de 70 modelos electrificados en 2025, 15 más que ahora. De esos 70, 15 van a ser totalmente eléctricos, y concretando más, siete serán de la gama bZ («más allá del cero»).
La compañía japonesa va despacio, pero con firmeza. Uno de los polos industriales donde hay mucho margen de mejora es en Estados Unidos, donde el 25% de las ventas actuales corresponden a modelos electrificados (básicamente híbridos no enchufables), pero en 2030 pretenden que sean el 70%. Para eso hace falta asegurarse un suministro fiable de baterías, tanto para los híbridos como para los eléctricos.
Hoy la división americana ha anunciado la inversión de 3.400 millones de dólares a lo largo de la década solo para tener baterías suficientes, al cambio son algo más 2.928 millones de euros. Toyota Motor North America se ha aliado con Toyota Tsusho para poner en marcha una fábrica de baterías que empiece a funcionar en 2025, creando 1.750 puestos de trabajo. La localización no se conoce, ni la capacidad que pretenden sacar. Más adelante se conocerán los detalles del proyecto.
Los fondos también se van a utilizar para desarrollar y expandir su cadena logística en la zona, así como conocimientos en baterías de ión-litio. La nueva empresa que se creará se volcará en la producción de baterías para híbridos no enchufables, más adelante para los eléctricos puros. Aunque a largo plazo Toyota cree en la electromovilidad para aquellos vehículos que mejor casan con ella, a corto y medio plazo la apuesta principal es por híbridos «sin cables».
En EEUU Toyota tiene instalaciones de producción en Missouri, Kentucky, Indiana, Alabama y Texas
Los cálculos de Toyota North America apuestan por alcanzar un volumen de ventas en 2030 de 1,5 a 1,8 millones de vehículos electrificados, incluyendo eléctricos puros. A nivel mundial, en ese año el objetivo es 2 millones de vehículos totalmente eléctricos, incluyendo los de baterías (BEV) y a pila de combustible de hidrógeno (FCEV). Tomando como referencia un volumen total de 10 millones de unidades al año sumando todo, será en torno a un quinto de su capacidad actual.
Este movimiento está en la misma línea que anuncios similares de Ford, Stellantis, Volvo y Foxconn para asegurarse un suministro de baterías adecuado para sus ambiciones de electrificación. El primer fabricante que dio un paso adelante para asegurarse un suministro de baterías en cantidades muy elevadas fue Tesla, que montó una «gigafábrica» en Reno (Nevada) para alimentar su demanda interna.