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China supera los 2 millones de puntos de recarga y crece a buen ritmo

Una de las primeras naciones en forzar la transición al coche eléctrico fue China, dado el creciente problema que estaba representando la acelerada motorización del país en relativamente poco tiempo. Las políticas de incentivos están dando resultado, de ahí las cifras que ofrece la Alianza por la Promoción de Infraestructura de Recarga de Vehículos Eléctricos (EVCIPA) de China: 2,22 millones de puntos de recarga a fecha de septiembre, un 56,8% más que el año pasado.

Desglosando, ya más de 1,04 millones (+72,3%) de puntos de recarga públicos, de los cuales 237.000 (+164,5%) se han instalado solo en lo que va de año. Para poner esos datos en perspectiva, es como poner varias veces la red de recarga pública de Estados Unidos en unos meses. En cuanto a puntos de recarga privados, superan el millón (1,02) y han crecido interanualmente un 178,5%. Casi parece un ritmo exponencial.

Otra métrica interesante es la de estaciones de intercambio de baterías, que han pasado de las 555 al finalizar 2020 a 890 al cerrar el tercer trimestre. De ese total, 546 corresponden a NIO (a fecha del 20 de octubre), uno de los fabricantes emergentes de coches eléctricos de alta tecnología. Este fabricante asegura haber realizado más de 4 millones de intercambios de baterías para sus clientes.

NIO ES8

La receta no sorprende por sus ingredientes: obligar a los fabricantes a vender un mínimo de coches eléctricos al año (12% en 2020), favorecer la implantación de puntos de recarga, ayudas e incentivos para la compra, renovación de flotas públicas, etc. Las ventas de eléctricos también crecen a un ritmo exponencial, siendo el escenario pre-incentivos poco halagüeño, con solo un 0,01% de las ventas.

Claro queda que incentivar la electromovilidad es más eficaz a confiarlo todo a la «mano invisible» del mercado, ya que no compiten en igualdad -todavía- los eléctricos y los térmicos. Cuando eso suceda ya no hará falta subvencionar ni incentivar, los consumidores serán los que elijan lo que más les conviene.

Además, en el caso de China, se ha ido creando una industria del vehículo eléctrico muy potente. Controlan la mayoría de las materias primas necesarias, son muy pujantes en producción de baterías, y en cuanto a vehículos son los que más producen del mundo. Ahora bien, la inmensa mayoría se quedan en el país y no llegan a mercados internacionales. Hay tímidos intentos de expansión internacional, pero seguimos hablando de pocas unidades y de forma muy localizada.

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