United Airlines ha realizado el primer vuelo regular con combustible sostenible (SAF) en un turborreactor de Boeing 737
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Publicado: 06/12/2021 11:42
La aviación tiene un nuevo hito en su lucha contra el cambio climático antropogénico, y es el primer vuelo comercial con pasajeros empleando combustible sostenible de aviación (SAF). El trayecto fue un habitual vuelo de Chicago O’Hare International al aeropuerto Ronald Reagan de Washington DC de United Airlines -UA2701-, con más de 100 pasajeros.
El avión fue un Boeing 737 MAX 8, un birreactor cargado con 500 galones de SAF para un turborreactor y otros 500 galones de queroseno convencional para el otro. Podríamos considerar que el hito se ha quedado a medias, en tanto el vuelo no se ha realizado al 100% con combustible sostenible, pero hay dos razones básicas que lo explican.
La primera es que, por normativa, la IATA no permite que los vuelos comerciales operen con más del 50% de SAF, así que United Airlines ha usado todo el combustible sostenible que la normativa permite. La segunda razón es demostrar que no hay ninguna diferencia operativa entre los dos motores, para así considerar el SAF como un reemplazo perfecto del queroseno convencional de origen fósil.
Si nos acordamos del vuelo de prueba realizado por Rolls-Royce PLC en octubre, su banco de pruebas volador -un Boeing 747-267B- también utilizó SAF en únicamente un motor de los cuatro que tiene para verificar que el SAF es un combustible totalmente compatible. United Airlines se ha comprometido a no usar combustible fósil en ningún vuelo para 2050.
Según la compañía estadounidense, United Airlines se ha comprometido a adquirir más del doble de SAF que el resto de compañías juntas -de acuerdo a sus compromisos conocidos de adquisición de combustible-. Además, cita datos del Departamento de Energía (DoE) de Estados Unidos, que asegura que el país americano dispone de recursos de sobra para alimentar a todos sus aviones con SAF. Dado el tráfico de vuelos domésticos del país, más los que vuelan al exterior, no es moco de pavo.
En principio, adoptar el SAF es fácil, la IATA tiene que permitir mezclas del 100% en el combustible cargado en los aviones, y no hace falta realizar adaptaciones en los turborreactores. El problemita es que las compañías que suministran SAF no pueden satisfacer la sed de tantos «pájaros» de la noche a la mañana, así que según vaya aumentando la capacidad de producción, se irá descarbonizando progresivamente el sector aéreo, uno de los principales emisores de carbono de actividades de transporte.
Sin embargo, hay que reconocer que el SAF es un parche, no una solución al problema de las emisiones ligadas a la aviación. En comparación con el queroseno de origen fósil, el SAF permite reducciones de emisiones del 80% del «pozo» a la rueda turbina, pero no lo neutraliza. La auténtica movilidad aérea sin emisiones vendrá con modelos de propulsión a base de hidrógeno o con baterías (motores de hélice), y eso siempre y cuando se use energía renovable, de lo contrario hablamos de trampas al solitario.