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Desarrolladores japoneses presentan una batería de litio-aire con el doble de energía específica que las actuales

Un equipo del Instituto Nacional de Ciencias de los Materiales de Japón ha desarrollado una batería de litio-aire con el doble de energía específica que las actuales iones de litio. Algo que supondrá un importante salto adelante para la tecnología y que acerca la próxima generación de baterías.

Los resultados de las últimas pruebas se han publicado en la revista Materials Horizons, y muestran el enorme potencial de esta tecnología que lleva unos cuantos años en los laboratorios buscando la configuración adecuada para dar el salto al mercado.

Como recordamos, las baterías de litio-aire generan energía a partir del oxígeno atmosférico atrapado dentro de electrodos porosos, de modo que se reduce mucho el peso total de la batería y pueden equipararse a la gasolina en cuanto a energía especifica.

Los electrodos porosos de este tipo de baterías, que suelen estar basados ​​en el carbono, presentan aún muchos problemas prácticos, especialmente su corta vida útil. La principal causa de esa corta duración suele ser la formación de peróxido de litio en el cátodo. El peróxido de litio es un subproducto insoluble que se acumula en el electrodo y hace que la batería deje de funcionar después de unos pocos ciclos de carga.

Baterías de litio-aire

bateria litio-aire

La energía específica del desarrollo del equipo japonés ha llegado a los 500 Wh/kg, lo que supondría aproximadamente el doble que las celdas más competitivas en la actualidad, y que le colocan también en lo más alto dentro del apartado del litio-aire.

Pero mientras que por un lado esta química destaca en el apartado de la densidad, tiene por delante lograr una combinación de materiales que le permitan alargar su vida útil. El gran talón de Aquiles de este prometedor sistema.

Según Shoichi Matsuda, investigador principal del proyecto “Logramos una densidad energética de primer nivel con esta batería de litio-aire. Marca un gran paso hacia su uso práctico«.

En cuanto a los plazos, desde el equipo son realistas y se marcan un escenario optimista y otro pesimista. En el optimista indican que la tecnología estará lista para su uso industrial en 2025, mientras que en el pesimista las fechas pueden irse a 2030.

Una tecnología con un enorme potencial que supondría ofrecer un tipo de batería económica, ligera y de una producción sencilla que puede realizarse en prácticamente cualquier línea existente. Algo que le colocarán por potencial por delante del electrolito sólido.

Además cuenta con una capacidad energética que según los expertos, es la más cercana a lo logrado por los carburantes fósiles. Lo que permitiría su aplicación en un amplio abanico de utilidades, y a la que parece que sólo falta el último o penúltimo empujón para su desembarco comercial.

Fuente | Materials Horizons 

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