De 300 euros de gasóleo a 65 euros en electricidad a la semana tras pasarse a los coches eléctricos

En un contexto de escasez o elevados precios del petróleo hay conductores que se plantan y dicen: «hasta aquí hemos llegado». Es el caso de Ivan Murphy, un irlandés que se dedica profesionalmente a la instalación de puntos de recarga domésticos para coches eléctricos, que tras resolver sus dudas decidió abandonar definitivamente el gasóleo.

Su hartazgo hizo tope al pagar 125 euros por llenar el depósito de una de sus furgonetas antes de terminar 2021. Tenía un par de turismos para uso familiar y dos furgonetas en su empresa, se deshizo de todos los vehículos y los ha cambiado por coches eléctricos. Los turismos han sido reemplazados por sendos MG ZS EV -previos al restyling-, un modelo que está siendo particularmente exitoso en las Islas Británicas. No ha indicado nada sobre las furgonetas.

Para trabajar ha pasado de gastar 100 euros en gasóleo a la semana a 20 euros en electricidad con una de las furgonetas. Si consideramos los turismos también, de 300 euros a la semana ha pasado a 65 euros en electricidad. «Esto te cambia la vida», declaró al Independent irlandés. En otras palabras, se está ahorrando mensualmente más de 900 euros en combustible.

No solo es una cuestión de ahorro, prefiere la forma de conducir con electricidad y ya no va a volver a utilizar vehículos térmicos, y eso que estuvo barajando la compra de híbridos seminuevos. El coste de las recargas lo ha conseguido dejar en 7 céntimos por kWh, por debajo de la media en recarga doméstica, unos 10 céntimos/kWh.

Este instalador considera que es más beneficioso para la red eléctrica que la recarga sea fundamentalmente por la noche y con poca potencia, en vez de estresar la red con recargas rápidas y cortas: «Las recargas rápidas están bien para algo puntual, pero no para todos ni todos los días». Aunque el entrevistado es parte interesada, las matemáticas siguen saliendo.

Irlanda no es ajena a los elevados precios del combustible. La media nacional es de 1,773 euros por cada litro de gasolina y 1,676 euros por cada litro de gasóleo. Para hacernos una idea, a esos precios un depósito de 50 litros sale a 88,65 y 83,8 euros, respectivamente. Los irlandeses están pagando un 60% en impuestos por cada litro que echan, 79,375 céntimos con gasolina y 82,358 céntimos con gasóleo.

No se han registrados precios más altos en el país. En solo un año, la gasolina ha subido un 33% y el gasóleo un 34%. En febrero de 2021 la gasolina salía a 1,338 euros/litro y el gasóleo a 1,249 euros/litro, y en febrero de 2020 1,419 y 1,334 euros/litro, respectivamente. No es de extrañar que en enero de 2021 el 4% de los coches vendidos en Irlanda fuesen eléctricos, y que en el mes pasado sean casi el triple, el 11,5%. Los diésel han caído en un año del 34% al 20% de cuota de mercado.