Rivian Automotive y Lucid Motors son dos «recién llegados» a la industria del automóvil, que desde el último trimestre de 2021 están produciendo coches eléctricos en serie -aunque muy despacito-. En su momento, Tesla estuvo en una situación similar. Con bajos volúmenes de producción y unos costes muy elevados toca lidiar con pérdidas durante una temporada. Según Elon Musk, CEO de Tesla, Rivian y Lucid están bien jorobados.
«A menos que algo cambie de forma significativa con Rivian y Lucid, irán los dos a la quiebra. Van directos a la bancarrota», comentó el sudafricano en una charla con la gente del club de propietarios de Tesla en Silicon Valley (California, EEUU). «Creo que pueden hacer algo al respecto, pero a menos que puedan reducir sus costes abruptamente, están en grandes problemas, y acabarán en el cementerio de marcas de coches como otros tantos, a excepción de Tesla y Ford», añadió.
Efectivamente, si acudimos a los libros de Historia, comprobamos cómo tanto Henry Ford como Elon Musk estuvieron muy cerca de ver naufragar sus sueños por tener más pérdidas que ganancias cuando vendían pocos coches. Las leyes elementales de la contabilidad nos dicen que cuando una empresa pierde dinero, o consigue endeudarse más para capear el temporal, o acabará teniendo más deudas que activos para responder ante las mismas (bancarrota o quiebra).
Os dejamos la entrevista en el punto más calentito, 10:50, por si no os apetece verla entera. Una de las maneras en las que Elon Musk recortaría gasto es en el Consejo de Administración, donde se cobran los sueldos más altos: «Mi consejo para Rivian es que reduzca costes inmediatamente entre la directiva de forma contundente o están condenados».
No mencionó a Lucid, ni que Peter Rawlinson -su CEO- cobra auténticas burradas en especie. Será que ni quiere mencionar a ese señor, y esto nos recuerda el pique que tienen entre ellos. Peter Rawlinson trabajó brevemente para Tesla y es uno de los artífices del Tesla Model S, pero Elon Musk no se acuerda o no quiere acordarse de esa etapa. Obviamente, a Rawlinson no le sentó demasiado bien tal desplante.
Por otro lado, aunque Lucid Motors pierda mucho dinero, va a ser complicado verle caer. Baste recordar que uno de sus principales inversores es el fondo soberano de inversión saudí, y para la segunda fábrica, que se ubicará en Arabia Saudí, Peter Rawlinson contará con 3.400 millones de dólares. Será por dinero, los saudíes no tienen ningún problema de solvencia. Rawlinson puede seguir quemando europalés de dólares.
Volviendo a Rivian, parece que no solo tienen margen para reducir sus costes -a nivel vehicular-, es que tienen también margen para volver a subir precios (ya lo hicieron para nuevas reservas desde el 1 de marzo), de acuerdo a las conclusiones de Munro & Associates. Los expertos de esta firma consideran que Rivian Automotive vende un producto que se puede optimizar más a nivel contable.
En el primer trimestre de este año Rivian perdió 1.593 millones de dólares, pero puede aguantar otros 11 trimestres ese nivel de pérdidas con los casi 17.000 millones que tiene en caja. Rivian espera terminar el año con unas pérdida de 4.700 millones de dólares, lo cual significa ralentizar el ritmo de las pérdidas en los tres trimestres que faltan de 2022.
Rivian va muy por delante de Lucid en cuanto a producción y entregas. Cerrado el primer trimestre, Rivian había fabricado 2.553 ejemplares de R1T/R1S y entregó a clientes 1.227 unidades. En cuanto a Lucid, Lucid entregó 360 unidades, casi el triple de coches que el último trimestre de 2021. Ambos fabricantes cuentan con un volumen de reservas considerable, 90.000, frente a las 30.000 de Lucid. Sin embargo, hay que recordar algo importante, las reservas no se traducen siempre en pedidos a fábrica ni en facturación.
Los síntomas de que vamos hacia otra gran recesión están ahí, y habrá una «limpieza» de empresas ineficientes o que lo tienen complicado para sobrevivir, ahora que los bancos centrales están encareciendo la financiación mediante la subida de tipos de interés. Fabricantes que no se puedan adaptar al cambio que está experimentando la industria tendrán que apretarse mucho el cinturón, incorporarse a otros más grandes, o desaparecer. Así ha sido desde que Karl Benz construyó el Patentwagen.