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El coche eléctrico podría ayudar a solucionar la crisis energética de Europa

Europa actualmente está sumida en una grave crisis energética causada principalmente por su enorme dependencia del gas ruso. Las autoridades están evaluando numerosas medidas a corto, medio y largo plazo para revertir esta situación; sin embargo, todo apunta a que países como Alemania tendrán serios problemas este invierno, viéndose obligados a reducir drásticamente su consumo.

Ante este panorama, Bloomberg especula con una posible solución a los problemas energéticos de la vieja Europa: el coche eléctrico. Aunque a priori podría parecer que la apuesta por la movilidad eléctrica resultaría contraproducente debido a que las baterías se cargan, lógicamente, con energía eléctrica, en realidad el asunto tiene mucho más trasfondo.

En los últimos tiempos, la mayoría de países europeos han redoblado su apuesta por las energías renovables. El menor precio de las placas fotovoltaicas y los aerogeneradores, así como los ambiciosos objetivos de descarbonización planteados por la Unión Europea para las próximas décadas, han propiciado esta expansión.

El mayor problema de las energías renovables es su intermitencia. Por ello, cuando la generación es baja o hay picos en la demanda, es necesario quemar carbón o gas (en muchos casos de origen ruso) para compensar. ¿Cómo podrían ayudar los coches eléctricos a solventar esto en los próximos años?

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La tecnología V2G será clave para estabilizar la red eléctrica en Europa

La respuesta la encontramos en la tecnología V2G (Vehicle-to-grid); es decir, la carga bidireccional. Los automóviles dotados de esta solución son capaces de verter energía eléctrica a la red en los momentos de mayor demanda, cargándose en las horas valle. Dicho de otra forma, los vehículos eléctricos pueden ayudar a estabilizar la red eléctrica.

Así, la energía de origen renovable se almacena en las baterías como si de un dispositivo de almacenamiento estacionario se tratara, y se vierte cuando la generación es menor. Esto permitiría reducir la intermitencia de las energías renovables, lo que a su vez se traduciría en una menor dependencia de los recursos de potencias externas como Rusia.

Aunque la mayoría de coches eléctricos no disponen todavía de carga bidireccional, los fabricantes están comenzando a implementar esta tecnología en sus últimos lanzamientos. Se calcula que, dentro de cinco años, uno de cada tres coches eléctricos podrá ceder energía a la red; no en vano, un automóvil solo circula el 10% del tiempo, por lo que darle otro uso cuando está estacionado tiene toda la lógica del mundo.

Fuente | Bloomberg

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