El alza de los precios de la energía ha impulsado el autoconsumo energético aún más, contribuyendo de paso a reducir notablemente el periodo de amortización de las instalaciones fotovoltaicas.
En los últimos meses, la crisis energética se ha recrudecido con la invasión rusa a Ucrania como principal desencadenante. Sin embargo, este deplorable suceso no es más que el último de una serie de acontecimientos que han generado que los precios de la energía sean cada vez más elevados. Prohibitivos, incluso.
Que la energía solar está de moda es un hecho que la crisis energética no ha hecho sino potenciar. En los dos últimos años, el crecimiento de megavatios instalados ha sido muy elevado, pero el de este 2022 está rompiendo todos los récords.
Una inversión muy elevada
No podemos negar que el principal inconveniente para muchas familias a la hora de instalar paneles solares en sus viviendas es la elevada inversión inicial que deben hacer.
Actualmente, una instalación promedio para una vivienda unifamiliar oscila entre 4000 y 7000 euros, lo que complica la situación para muchas de las personas que desean producir su propia energía.
Sin embargo, poco a poco la situación está cambiando y, además de proliferar las herramientas de financiación o las subvenciones, el periodo de amortización es cada vez más reducido.
«Hace un tiempo rondaba los 9 o 10 años, pero ahora ronda los 5 años de media»
Miguel Ángel Gómez, presidente de FENIE
Así lo afirma Miguel Ángel Gómez, presidente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones de España (FENIE). «Hace un tiempo rondaba los 9 o 10 años, pero ahora ronda los 5 años de media», señala.
Por su parte, Gabriel Nebreda, director de EDP Solar, afirma que España debe explotar su potencial en este campo para reducir la dependencia energética de otros países y fuentes de energía. Y, en lo que al cliente particular respecta, señala que el autoconsumo permite un ahorro cercano al 50 % en la factura eléctrica, llegando incluso al 90 % de reducción del consumo de energía y precio.
Las ayudas son fundamentales
No cabe duda de que los altos precios de la energía contribuyen a amortizar de un modo mucho más acelerado la inversión en instalaciones fotovoltaicas, pero la intervención de las ayudas sigue siendo necesaria.
Hablamos no sólo de los programas estatales de subvención y las que provienen de los fondos europeos, sino de otras medidas como las bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), las deducciones en el IRPF.
«Hasta el momento hay 160.000 personas y empresas que han solicitado las ayudas del Gobierno, gestionadas por las comunidades autónomas», añade el director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), José Donoso, que considera que en 2024 se podrán superar las 250.000 instalaciones gracias a los fondos de recuperación.
«El conjunto del territorio español asciende a más de 500 millones de hectáreas, de las que una gran parte está disponible y podría utilizarse para aumentar la implementación de energía solar», amplía Donoso.
De hecho, los datos de la propia UNEF indican que al cierre de 2022 en España se habrán instalado ya 2000 megavatios (MW) nuevos de autoconsumo, frente a los 1200 MW de 2021. Por tanto, las estimaciones hablan de 15.000 MW instalados en 2030.
