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Así ha sido la experiencia del propietario de un Tesla Model S con 9 años y más de 300.000 kilómetros

Los coches eléctricos son tan antiguos como la propia industria automovilística. Sin embargo, hasta principios de la década pasada no dieron el salto al mercado de masas, algo que se logró gracias a modelos pioneros como el Mitsubishi i-MiEV, el Nissan LEAF, el Renault ZOE… y el Tesla Model S.

Dada la relativa juventud de este tipo de vehículos, no son pocos los potenciales clientes que se muestran preocupados por su envejecimiento, pues no se tienen demasiados datos reales al respecto. Por este motivo, desde FCE hemos querido entrevistar al propietario de un coche eléctrico con una década y cientos de miles de kilómetros a sus espaldas para que comparta con nosotros su experiencia.

Omar Jiménez es ingeniero de telecomunicaciones. Aunque durante seis años trabajó como consultor para PwC, actualmente es profesor de Matemáticas en un instituto. Omar es un firme defensor de la movilidad eléctrica, y por sus manos han pasado tanto un Renault Fluence Z.E. como un ZOE. Su actual coche de diario es un Tesla Model S 85 de hace 9 años… ¡con 327.000 km a sus espaldas!

Su unidad, de noviembre de 2013, fue una de las primeras fabricadas por la compañía. Como los lectores más veteranos probablemente recuerden, el Model S 85 tenía un motor de 357 CV (270 kW) y 440 Nm asociado a un pack de 85 kWh. Homologaba una autonomía de 502 bajo el antiguo ciclo NEDC, ya en desuso. Al contrario que los Model S actuales, que tienen tracción total, este modelo era de tracción trasera.

https://twitter.com/Ojimenezro002/status/1589543364831383552

Cuando Omar compró su Model S, el coche ya tenía 5 años y 80.000 km, por lo que todavía le quedaban 3 años de garantía para el motor y la batería. Por aquel entonces, su alcance estimado era de 390 km (cuando era nuevo marcaba 400 km). Durante los últimos 4 años ha recorrido la friolera de 247.000 km; además, ha documentado su experiencia (viajes, consumos, mantenimientos…) en su canal de YouTube.

¿Cómo es posible que haya cubierto casi 250.000 km en un lapso tan breve? Según nos explica, esto se debe a que durante un tiempo lo alquiló a través de la web alquilauntesla.es. Además, vive lejos de su trabajo, lo que le obliga a desplazarse 200 km cada día.

Dado que se trata de uno de los primeros Model S, dispone de acceso gratuito a la red de Supercargadores de por vida, una ventaja que Omar está aprovechando al máximo, pues carga a diario en la estación del Tesla Service Center de Fuenlabrada.

A pesar del uso intensivo de la carga rápida, actualmente el coche tiene una autonomía de 340 km, por lo que la degradación de la batería ronda el 15%. Teniendo en cuenta la edad, los kilómetros y la rutina de carga del vehículo, podemos calificar este dato como sobresaliente.

Esta durabilidad se podría explicar por dos factores. Para empezar, a mediados de 2019 Tesla limitó mediante una actualización la potencia de carga de estos modelos primigenios a unos 100 kW para proteger sus baterías; además, sus sesiones de carga van del 30 al 70-80%, un margen que permite extender la vida útil del pack.

Normalmente, carga durante 30/40 minutos al salir del trabajo, de lunes a viernes. La potencia pico suele rondar los 70-80 kW. Evita cargar en casa debido a los elevados precios de la luz, hasta el punto de que muchos meses solo utiliza los Supercargadores. Según la app de Tesla, esto le permite ahorrar hasta 1.000 euros mensuales en combustible. Gracias a esto y al periodo en el que lo tuvo en alquiler, ya lo ha amortizado (en su momento le costó 45.000 euros).

Tesla Model S

El Tesla no solo se utiliza para ir al trabajo, pues también ha realizado viajes de media y larga distancia, incluidas unas vacaciones en París (Omar y su familia residen en Madrid). A la pregunta de si tiene que detenerse muchas veces para cargar, bromea diciendo que normalmente sus tres hijos le hacen parar antes de que el coche lo necesite.

En líneas generales, califica su unidad como fiable, si bien señala que ha tenido que cambiar dos motores en garantía, uno con 135.000 km y otro con 185.000 km. En el primer caso, el reemplazo se realizó debido a un pequeño ruido que hacía el propulsor al acelerar, si bien seguía funcionando sin mayor problema.

El segundo se debió a que, durante la borrasca Filomena de principios de 2021, tuvo que dejar el coche en la calle durante una semana. La nieve hizo que entrara humedad al nuevo motor. Aunque en este caso tampoco dejó de funcionar (de hecho, remarca que nunca le ha dejado tirado), le saltó un testigo que le avisaba de que podría dejar de arrancar.

Tesla Model S

De acuerdo con el historial del servicio técnico, los anteriores dueños no tuvieron que cambiar ninguna pieza en garantía. El resto de intervenciones realizadas han sido por el desgaste típico que experimenta cualquier automóvil con su kilometraje: neumáticos (los delanteros duran 60.000-70.000 km y los traseros un máximo de 40.000 km), líquido de frenos y suspensión más rodamientos (3.000 euros).

Tanto los discos como las pastillas son los de serie, y remarca que frenan como el primer día. La batería de 12 voltios también es la original. La tapicería por su parte se conserva bien (es de cuero real, frente al cuero vegano de los Tesla más recientes), pues su desgaste entra dentro de lo normal.

Durante estos años, Omar ha ido personalizando el coche a su gusto. Aunque inicialmente estaba pintado en color marrón (motivo por el que en el Club Tesla España recibió el sobrenombre de «Choco Tesla»), ahora lo ha vinilado en Rojo True Blood. Esta transformación se llevó a cabo en las instalaciones de EPerformance, donde también se eliminaron casi todos los cromados, se pintaron las llantas de negro, se instaló un alerón y se cambiaron las molduras de madera por otras en imitación de fibra de carbono.

También le adaptó el morro del restyling de 2016 en los talleres de Grupo-FR, aunque mantiene los faros de xenón originales (hasta el momento solo ha tenido que realizar un cambio de lámparas que le costó menos de 100 euros).

Otro cambio interesante fue la sustitución del MCU 1 por el MCU 2, lo que le ha permitido disfrutar de las más recientes novedades para el sistema de infoentretenimiento (Netflix, videojuegos…). Además, se realizó una actualización de hardware y software para que pueda cargar en tomas CCS2 (el estándar europeo para carga rápida en corriente continua) utilizando un adaptador.

Como punto a mejorar, Omar señala el servicio postventa, pues aunque su experiencia con la marca en líneas generales ha sido buena, cuando realizó el segundo cambio de motor le cobraron 1.000 euros por el cable que va del propulsor a la batería (quedaba fuera de la garantía). Además, le dijeron que era necesario cambiar los palieres, pero después de pedir que le guardaran los originales para verlos, le comunicaron que finalmente no había hecho falta realizar la operación, algo que le generó desconfianza.

También le achaca a Tesla cierta falta de comunicación con los clientes; sin ir más lejos, cuando se limitó la potencia de carga en 2019, la compañía no realizó ningún comunicado, lo que causó una enorme confusión entre los usuarios al ver que los tiempos de carga se dilataban durante más tiempo.

Tesla Model S

A pesar de todo, la experiencia global es muy positiva. Omar valora las prestaciones del coche («corre como el primer día»), que siga recibiendo actualizaciones, la supercarga gratuita, su diseño, la habitabilidad (al tratarse de una de las primeras unidades, el frunk delantero es enorme, pues no monta un segundo motor ni el filtro HEPA presentes en modelos posteriores), y por supuesto la ausencia de emisiones al circular.

El resultado general ha sido tan satisfactorio, que si en algún momento tuviera que cambiar la batería (Tesla cobra 11.000 euros por un pack remanufacturado, pues ya no fabrica su modelo), lo haría sin dudarlo.

Si tienes un coche eléctrico, comparte tu experiencia con nosotros. Mándanos un mail a [email protected]

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