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El precio de la energía será un factor clave para la ubicación de las futuras gigafábricas de coches eléctricos y baterías

Este año el escenario geopolítico y energético ha dado un vuelco muy importante en Europa por la situación de Ucrania. Y es que con los nuevos tiempos y el cierre quien sabe si para siempre del acceso al gas ruso, ahora la industria mira al sur de Europa como una alternativa para producir de forma más competitiva. Algo que puede beneficiar a España en las próximas adjudicaciones de producción de coches eléctricos y fábricas de baterías.

Esta pasada semana por ejemplo hemos conocido como la consultora Rystad Energy catalogaba a España y Portugal como «una nueva potencia energética europea” en un informe donde indican que la Península Ibérica alcanzará un 79% de cuota de renovables en su mix en 2030, lo que convertirá a la región en “líder renovable de Europa”.

Y es que el estallido de la guerra en Ucrania ha roto una dinámica que hasta 2021 ha mantenido los costes bastante parejos. Como podemos ver en el gráfico publicado por Rystad, el coste de la energía comenzó a mediados de 2021 a sufrir una pequeña pero imparable subida. Hasta que Rusia invadió Ucrania, momento en el que todo se disparó.

Esta situación también afectó a España en un primer momento. Pero en lugar de sufrir una «tercera ola» los precios comenzaron a bajar en el segundo trimestre desligándose de los costes en el resto de Europa.

Esto ha comenzado a tener efectos no sólo en un coste menor de la energía, sino también en los proyectos de algunos fabricantes que están frenando sus inversiones en el centro de Europa por culpa de los elevados precios de la energía, y las malas previsiones a medio plazo.

Es el caso de la empresa sueca Northvolt. Un nuevo protagonista en la producción de baterías para coches eléctricos que ha recibido una fuerte inversión en los últimos años para poner en marcha una serie de gigafábricas de baterías.

La primera ya está en funcionamiento y saca partido delo bajo coste energético de Suecia, con una fuerte presencia de renovables. Pero la segunda instalación, con una capacidad prevista de 60 GWh al año y prevista para comenzar su construcción a principios de 2023 en Alemania, se ha visto frenada.

Así lo ha indicado el propio CEO de Northvolt, Peter Carlsson en declaraciones al Frankfurter Allgemeine indicó que: “Con los precios actuales de la electricidad, vemos en riesgo la viabilidad económica de los proyectos de alto consumo energético en Alemania”.

De momento no se ha tomado una decisión definitiva, pero desde Northvolt se ha asegurado que están teniendo “conversaciones muy intensas y buenas con los gobiernos federal y estatal” y que todos están haciendo todo lo posible. Pero al mismo tiempo admite que «La fábrica en Alemania puede retrasarse».

España y Portugal, líderes energéticos europeos

Según el informe de Rystad Energy, hasta 2021, los precios en España y Portugal de la electricidad estaban muy unidos a los de otros países europeos. Pero tras la llegada del tope al gas el pasado mes de junio los precios de la electricidad en España se frenaron de forma inmediata. Los 155 euros el MWh de media se multiplicaba por dos o por tres en otros mercados europeos.

Pero incluso en los contratos de compraventa de energía a largo plazo, como los previstos para 2024 y 2025, Rystad Energy espera que la energía española y portuguesa sea mucho más barata que la francesa o alemana.

Por ejemplo, el contrato anual en España para 2024 se negocia actualmente a 113 euros por MWh, más de la mitad del precio del equivalente francés de 270 euros por MWh. “Esto apunta a una ventaja estructural en Iberia, tal como la ve el mercado actualmente, y a un futuro brillante para la generación de energía en la región” según el informe.

Además, España y Portugal apostarán por estrategias aunque con una misma base, las renovables, con diferentes aproximaciones. España apostará por ampliar la producción fotovoltaica con el objetivo de llegar a los 39 GW para 2030. Tenemos en estos momentos 17.9 GW, que se suman a los 29.5 GW de eólica.

Por su parte Portugal sacará partido a su potencial eólico marino, y para ello el gobierno anunció el mes pasado que aumentará el objetivo de energía eólica marina del país de 6 GW a 10 GW para 2030.

Completan esta apuesta la que se realizará por el hidrógeno verde. Para ello se ha presentado el nuevo proyecto BarMar, un gasoducto submarino desde Barcelona (España) hasta Marsella (Francia) que sustituirá gradualmente el combustible por hidrógeno verde una vez que se desarrolle la capacidad de producción.

Factores que deberían servir tanto para aumentar la producción de instalaciones ya en marcha, pero también atraer nuevas fábricas e industrias al calor de una energía cada vez más competitiva.

Fuente | Rystadenergy

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