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Instituciones estadounidenses señalan al coche eléctrico por considerarlo potencialmente peligroso

El coche eléctrico no deja de encontrarse con escollos en su intento de consolidarse como principal opción de movilidad. En esta ocasión, dos estamentos estadounidenses han alertado del sobrepeso de estos vehículos.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los vehículos modernos es el aumento de peso y tamaño que han ido experimentando en las dos últimas décadas.

Los coches de hoy en día son cada vez más voluminosos y pesados, a consecuencia de la adición de sistemas y medidas de seguridad, así como nuevas funcionalidades electrónicas.

Pero, si bien esto es un problema generalizado, no podemos negar que en el caso del coche eléctrico dicho efecto es aún más acusado, pues las baterías que estos utilizan para obtener energía añaden mucha masa al conjunto. De hecho, no llegan a compensar la desaparición del motor de combustión y sus sistemas asociados.

La seguridad de los coches eléctricos preocupa en Estados Unidos

Jennifer Homendy, directora de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB por sus siglas en inglés), ha incidido en este asunto en una comparecencia reciente ante los medios de comunicación, concretamente en la Junta de Investigación de Transporte celebrada en Washington.

La dirigente norteamericana ha admitido estar preocupada por «el mayor riesgo de lesiones graves y de muerte para todos los usuarios», señalando el «peso excesivo y el mayor tamaño, potencia y rendimiento de los vehículos, incluyendo los vehículos eléctricos» como causa de su temor.

Al mismo tiempo, Homendy se mostró muy optimista con los planes del Gobierno de Joe Biden con respecto a la Ley de Reducción de la Inflación, que pretende impulsar notablemente la industria local de baterías y movilidad eléctrica.

Volvo XC40 Recharge y C40 Recharge.

Sin embargo, avisó de que es necesario «tener cuidado de no estar creando también consecuencias imprevistas: más muertes en nuestras carreteras», subrayó. «No se puede pasar por alto la seguridad, en especial cuando se trata de nuevas políticas y tecnologías de transporte».

Incluso, la directora de la NTSB puso ejemplos de sobrepeso en los modelos eléctricos disponibles en el mercado estadounidense, recordando que la Pick-up eléctrica Ford F-150 Lightning EV pesa entre 900 y 1350 kilos más que el mismo modelo de combustión interna. También enfatizó que SUV eléctricos como el Volvo XC40 pesan un 33 % más que sus equivalentes a gasolina.

«Esto tiene un impacto significativo en la seguridad de todos los usuarios», reiteró.

La aceleración también es un problema

Michael Brooks, director ejecutivo de Center for Auto Safety, una organización no lucrativa, también ha expresado su preocupación al respecto de las características de los coches eléctricos.

Brooks señala que no se han hecho suficientes investigaciones sobre los riesgos de seguridad que plantean los vehículos con mayor peso. Sin embargo, Los Angeles Times recuerda que, en 2011, la Oficina Nacional de Investigación Económica publicó un informe en el que señalaba que ser golpeado por un vehículo con un peso adicional de 453 kilogramos (1000 libras) aumenta en un 47 % la posibilidad de morir.

«Estas baterías más grandes y pesadas causarán más daño. Es un asunto simple de masa y velocidad», afirmó Michael Brooks, que también se ha mostrado muy preocupado por la mayor aceleración de este tipo de coches, que proporcionan la potencia de forma inmediata.

«La gente no está entrenada para lidiar con ese tipo de aceleración. No es algo que los conductores estén acostumbrados a hacer», concluyó Brooks.

Las ventas de vehículos eléctricos nuevos aumentaron casi un 65 % en Estados Unidos el año pasado; concremente 807.000 unidades. Esto supuso casi el 5,8 % de todas las ventas de automóviles nuevos.

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