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¿Por qué cada vez más gente instala baterías para el hogar? La seguridad energética es una de las claves

Con la bajada imparable de los precios, cada vez más personas deciden instalar una batería de respaldo en su vivienda. Principalmente en casas unifamiliares con instalaciones solares, pero con la reducción de costes también empieza a ser una alternativa en pisos para aprovechar las tarifas nocturnas. La pregunta es por qué la gente se gasta varios miles de euros en uno de estos acumuladores. Y una de las respuestas es por aumentar su seguridad energética.

Y es que las turbulencias geopolíticas se han demostrado una vez más el pasado año como una causa que hace que los costes energéticos no sólo puedan dispararse, sino que además incluso se ha llegado a dudar de la capacidad de la red para alimentar las necesidades de nuestros países.

Hemos visto muchas noticias sobre un posible apagón que viviría Europa por la falta de suministro energético desde Rusia, e incluso conocido planes de contingencia que anticipaban los pasos a dar en caso del gran apagón.

Finalmente el apocalipsis no llegó, pero si se instaló una sensación de temor a quedarnos sin el imprescindible suministro eléctrico. Algo que ha disparado la demanda de baterías para el hogar.

Motivos para instalar una batería

La seguridad energética es uno de los motivos por los cuales muchos consumidores han comenzado a buscar información y comenzado a instalar acumuladores en sus viviendas. Pero no es la única razón.

Esta batería española para el hogar tiene 10 kWh y cuesta solo 2.720 euros con gastos de envío

También está la baja rentabilidad que ofrece la inyección de los excedentes solares a la red. De media en el mes de febrero en mi caso me han pagado apenas 10 céntimos el kWh, por los 19 céntimos el kWh que ha costado la compra a la red (PVPC). Un 47% menos lo que se paga por la inyección que la compra.

Esto lleva a muchos usuarios a preferir instalar una batería y de esa forma acumular la energía y utilizarla cuando no existe aportación de la instalación solar, en lugar de mandarla a la red y comprarla posteriormente.

Una ecuación donde los plazos de amortización todavía son largos, pero que con la bajada constante de los precios de las baterías, así como la puesta en marcha de garantías que llegan a los 10 años, hace que cada vez estos plazos sean menores.

Otro factor que vuelve a llevarnos al plano emocional son las normativas que algunos gobiernos se inventan para frenar el desarrollo de las energías renovables.

Y es que en España todavía tenemos fresco el trauma del impuesto al sol. Una normativa de infame recuerdo, que todavía hay gente que piensa que sigue activa, que se ha exportado a otros mercados. Como por ejemplo, Australia.

Allí el gobierno ha puesto en marcha un impuesto que los propietarios de instalaciones solares deben pagar por usar la red eléctrica para inyectar sus excedentes. Y como era de esperar, la reacción ha sido inmediata con la explosión de instalaciones que han añadido una batería a su ecuación.

Un ejemplo práctico y claro lo muestra el gerente de la empresa instaladora australiana Smart Energy. Según Liam Navon, el porcentaje de las ventas de su empresa que incluye una batería ha crecido hasta cerca del 50% en apenas un año. Ver gráfico inferior donde la línea azul muestra el ritmo de instalaciones de solar sin batería de Smart Energy, y en la línea negra las instalaciones solares con batería.

Una tendencia que confirma la Comisión Australiana del Mercado de la Energía (AEMC) que en un reciente informe ha dicho que las baterías domésticas se convertirán en el próximo gran avance en la energía residencial. Un aspecto donde jugará a su favor una bajada de costes constante que esperan que en 2025 logre unas cifras que las conviertan en un elemento mucho más popular en cuanto a rentabilidad.

Cifras que según el mismo informe, actualmente supone que para esa fecha una pequeña instalación de 8 kWh sean necesarios al menos 7 años y medio para recuperar la inversión, pero donde como hemos visto, entran en juego otros factores que no tienen que ver con lo económico para impulsar la instalación de este tipo de soluciones.

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