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Los caóticos planes de Suiza para el invierno. Posibilidad de prohibir la circulación de coches eléctricos si hay riesgo de apagones

Que Suiza es un país serio y ordenado lo sabemos todos. Pero el miedo a sufrir un gran apagón este invierno ha llevado al gobierno helvético a diseñar un plan de contingencia que corre el riesgo de afectar a la imagen y las ventas de coches eléctricos en un momento donde la transición hacía la movilidad sostenible está en una fase crítica.

Y es que a pesar de su importante capacidad de producción con renovables, principalmente hidroeléctrica, cada invierno Suiza necesita importar una gran cantidad de energía de sus vecinos alemanes y franceses. En torno a los 5.700 millones de kWh cada año.

Pero este ejercicio amenaza con ser más complicado por los paradas en las plantas nucleares francesas y los problemas de Alemana por el corte de gas desde Rusia. Algo que ha metido el miedo en el cuerpo a los políticos suizos.

Un borrador presentado por la Confederación Suiza el 23 de noviembre titulado “Ordenanza sobre restricciones y prohibiciones en el uso de energía eléctrica” prevé medidas drásticas que podrían tomarse como parte de un plan con hasta cuatro niveles de alerta que se activarán en caso de que haya falta de energía.

Por ejemplo, se pondrán en marcha medidas por las cuales se regulará la temperatura a la que los suizos podrán poner la lavadora, a un máximo de 40 grados, y las neveras no podrán estar a menos de 6 grados. Otras actividades como saunas y baños de vapor, solo se podrán usar de forma limitada.

Prohibición de circulación a los coches eléctricos

Uno de los niveles de alerta más altos llegará a reducir la velocidad de los vehículos en autovía a 100 km/h, y también supondrá la prohibición de circulación para los coches eléctricos. Sin duda, la parte más polémica del plan que el borrador del proyecto establece que “El uso privado de coches eléctricos solo estará permitido para viajes absolutamente necesarios (por ejemplo, ejercer una profesión, ir de compras, visitar a un médico, asistir a eventos religiosos, asistir a audiencias judiciales).»

Esta medida afectaría actualmente a unos 110.000 usuarios de coches eléctricos en Suiza y, según varios expertos, sería absolutamente fatal para la implantación de la movilidad eléctrica. Una implantación que cuenta con un impulso desde el sector político, que ahora diseña un plan para su limitación.

Por suerte esta medida se pondría en marcha solamente en caso de llegar al nivel tres de los cuatro que conforman la alerta por falta de suministro eléctrico.

Desde la asociación de importadores de coches han mostrado su total desacuerdo con esta medida a la que califican de absurda, ya que según sus estimaciones, los coches eléctricos apenas han ocupado el 0.4% del consumo eléctrico del país en 2021.

Opinión

Un duro debate que se abre en Suiza, donde la torpeza del gobierno puede frenar sus propios objetivos de implantación de la movilidad eléctrica. Un tipo de movilidad que puede utilizar tecnología inteligente para minimizar su impacto en la red, con el uso de cargadores inteligentes capaces de modificar su potencia o parar su trabajo en tiempo real si la red lo requiere. Incluso estos pueden llegar a ayudar a la regulación de la propia red con sistemas como el V2G, que puede verter parte de la carga de las baterías de los vehículos en momentos críticos para mantener el servicio.

Pero en lugar de buscar aprovechar las muchas posibilidades que ofrece la tecnología, desde la administración se ha buscado matar moscas a cañonazos echando al coche eléctrico a los leones como si estos fuesen culpables de la posibilidad de un apagón, y proponiendo el prohibir la circulación incluso entre aquellos usuarios dotados de sistemas solares o eólicos y baterías, que apenas dependen de la red general para su día a día.

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