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Toyota no se da por vencida y seguirá apostando por el hidrógeno para diferenciarse de sus rivales

A día de hoy, pocas dudas quedan dentro del sector del automóvil respecto a la viabilidad del coche eléctrico a baterías. La inmensa mayoría de grupos chinos, coreanos, estadounidenses, europeos y japoneses están dirigiendo el grueso de sus inversiones hacia esta tecnología, que según la mayoría de proyecciones se convertirá en la dominante a lo largo de los próximos años.

A pesar de todo, algunas marcas continúan trabajando en alternativas como la pila de combustible, si bien en la mayoría de casos tienen claro que se tratará de una solución minoritaria: BMW, General Motors y Honda por el momento solo contemplan la producción de coches de hidrógeno a baja escala, Hyundai ha ralentizado sus desarrollos, y Mercedes-Benz directamente los ha abandonado.

Sin embargo, todavía queda un fabricante que defiende con uñas y dientes los turismos FCEV: Toyota. La compañía nipona, que recientemente creó una división de coches eléctricos a baterías para recuperar el terreno perdido frente a líderes como BYD o Tesla, continúa considerando el hidrógeno como uno de los pilares clave de su futuro.

De acuerdo con Matt Harrison, presidente y director ejecutivo de Toyota Motor Europe, esta tecnología jugará un papel clave en la diferenciación de Toyota de sus rivales. «Tenemos una división de hidrógeno e instalaciones de ensamblaje, y a medida que la demanda aumente, los precios bajarán; vemos muchas oportunidades ahí. Por eso, veo esta tecnología como un pilar clave de nuestro futuro, igual que los híbridos lo son ahora».

Toyota Mirai

Toyota defiende su estrategia multitecnológica

Toyota no solo está apostando por el uso de hidrógeno en pilas de combustible, sino que también se encuentra investigando su utilización en motores de combustión interna, los cuales ya está testando en algunas competiciones japonesas.

«Estamos tratando de utilizar hidrógeno en el automovilismo y sospecho que existe una posibilidad real de que se adopte [en las carreras], aunque todavía hay algunas dudas sobre su viabilidad, sobre el tamaño de los tanques, los problemas de peso y la recarga. Pero el progreso ha sido sólido y debemos seguir trabajando en ello».

No podemos dejar de señalar que, si el uso de hidrógeno en una pila de combustible ya es de por sí más costoso y menos eficiente que la electrificación directa mediante baterías, quemarlo en un motor térmico supone un gasto energético todavía más elevado. A esto tendríamos que sumar además el problema del espacio ocupado por los tanques de alta presión. Con todo, Toyota parece decidida en su apuesta. ¿Le saldrá bien? Solo el tiempo lo dirá.

Fuente | Autocar

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