Vender menos coches pero más caros, la estrategia de Renault se estrella con la realidad con la caída del Megane eléctrico

El pasado mes de febrero, el presidente de Renault, Luca de Meo, criticaba en una entrevista la estrategia de reducción de precios de Tesla. Una dinámica que el directivo indicaba no seguirían, y que apostarían por una estrategia donde dar valor a sus modelos con precios más estables, donde se vendería menos pero más caro para mantener los márgenes ante la ola inflacionaria.

Pero ahora, desde el principal sindicado de la planta de Douai, de donde sale el Renault Megane E-Tech Electric, la versión 100% eléctrica del compacto francés, han indicado que hay graves problemas con un modelo del que indican «no se está vendiendo«.

Desde el sindicato CGT se ha dicho en declaraciones a los medios galos que “El Megane no despega”. Un grito de alarma lanzado a finales de julio por los responsables del sindicado de la fábrica de Renault de donde se fabrica el Mégane E-Tech 100% eléctrico.

Lanzado en 2022, el Megane tuvo un comienzo prometedor, cogiendo el testigo de un agotado ZOE que no era capaz de mantener el ritmo de un mercado que no hace prisioneros.

Un cambio que suponía el uso por primera vez de una plataforma dedicada, y que suponía un salto en tamaño y en calidades que buscaba situar a Renault en un segmento más elevado. Pero la alegría ha durado poco, y ahora enfrentado a una feroz competencia, el Megane no ha logrado entrar en el Top 10 de los coches eléctricos más vendidos en Francia, su mercado clave, durante el primer semestre.

Según los datos de la Plataforma de Automoción (PFA) el Megane eléctrico solo logró matricular 988 unidades en julio de 2023 en Francia, un 50% menos que en julio de 2022. Un modelo que dominó las ventas el pasado año y que ahora está siendo superado claramente por el Tesla Model Y y propuestas como el MG4.

En España, el Megane también ha vivido un julio bastante negativo, logrando matricular apenas 44 unidades, lo que le han colocado en la 29ª posición con un descenso del 61% respecto al pasado año. Un mes dominado por una Tesla que ha logrado colocar a su Model 3 y Model Y en primera y segunda posición respectivamente.

El problema del Megane E-Tech: la competencia

Estos datos son bastante preocupantes para un Megane que simboliza la ofensiva de Renault en el campo de los coches eléctricos compactos. Una propuesta que iba a ser el símbolo de la renovación de la marca del diamante después de varios años algo caóticos.

Vender menos coches pero vender modelos con mayor valor añadido. En otras palabras, más caro y más rentable. Esta es la estrategia que, hasta ahora, ha funcionado al fabricante francés que se ha apoyado en los buenos resultados comerciales de la primera mitad del año, lo que le ha permitido elevar sus objetivos económicos para 2023. Pero esta buena recuperación corre el riesgo de toparse con la competencia. El Megane eléctrico es quizás el primer ejemplo.

La guerra de precios iniciada por Tesla y seguida por otras marcas como MG está teniendo un fuerte impacto en los pedidos del Mégane E-Tech, que lucha por encontrar su público.

El Mégane E-Tech tiene en Francia un precio inicial de 38.000 euros antes de las ayudas públicas. Es más barato que un Tesla Model Y, cuyo precio inicial es de 45.990 euros, pero supera con creces a un MG4, que arranca en los 29.990 euros.

Estas cifras de ventas están siendo siendo de especial atención en la planta de Renault en Douai. Allí se han encomendado a los coches eléctricos de cara a su futuro. Y la cosa empieza a pintar mal ya que como indican desde el sindicato CFDT, la primera mitad del año ha funcionado bastante bien. Pero a partir de mayo la producción ha caído con fuerza y las instalaciones han pasado a estar prácticamente inactivas. Y ya no hay tantos problemas de suministro de componentes como los semiconductores.

Ahora, los responsables de la misma ponen su atención en los próximos lanzamientos, la versión eléctrica de la Scenic, y sobre todo, en el nuevo R5. Un compacto de precio más razonable con el que esperan poder recuperar algo de volumen de producción, y revertir aunque sea parcialmente la estrategia de precios más altos y menos producción que parece no estar funcionando.