Llevamos unos meses viendo como Tesla prepara la renovación del Model 3. Desde noviembre del pasado año, unas presuntas imágenes nos han permitido comenzar a conocer algunos detalles de este nuevo modelo que llegará para revitalizar las ventas de la berlina. Ahora, desde China llegan imágenes de las últimas pruebas de verano, y nuevas e interesantes informaciones.
Y es que después de más de seis años en el mercado, el Tesla Model 3 se ha ganado a pulso un lavado de carga. Pero en lugar de un simple restyling como suele ser habitual, Tesla hará pequeños cambios exteriores, pero bastante importantes en su interior.
El diseño externo no sufrirán grandes modificaciones. El frontal se afilará ligeramente para parecerse al del Tesla Model S. Pero, salvo sorpresa, no será fácil identificar a la nueva versión a primera vista.
Donde si habrá cambios significativos será en un interior que habrá ganado en calidad, y que contará con un aspecto de nuevo, muy parecido al Model S. Algo que tiene cierto sentido ya que Tesla buscará unificar diseños para ahorrar costes compartiendo algunos componentes.
Las últimas imágenes captadas por los fotógrafos chinos, nos muestran un grupo de Model 3 de nueva generación realizando unas pruebas en las carreteras del país asiático, y donde podemos ver como el conductor de uno de ellos lleva la mano en lo alto del arco del volante. Algo que por suerte, nos indica que no montará el absurdo volante Yoke.
También hemos sabido últimamente que el ordenador que controla todo el sistema no será el 4.0 que está montando el Model Y, y será una versión algo más light denominada 3.5. Un aspecto que permitiría reducir costes.
La batería, por su parte, crecerá un 10%, pasando de los 60 a los 66 kWh, lo que, con una mejora del sistema de propulsión y el menor peso, debería llevar la autonomía homologada de la versión Standard a las cifras de la Long Range cuando llegó a Europa. Eso serán unos 540 kilómetros con cada carga bajo el ciclo WLTP.
Pero sin duda el gran golpe sobre la mesa lo puede dar Tesla con la cuestión del precio. Y es que los nuevos procesos de producción, más eficientes y con cada vez mayor economía de escala, permitirá no solo mantener, sino incluso reducir los precios.
En China se indica que el nuevo modelo arrancará en los 200.000 yuanes, lo que, de confirmarse, supondría un 13% menos que el modelo actual. Algo que traducido a nuestro mercado, supondría una rebaja de unos 5.000 euros, dejando su precio en unos más que jugosos 35.000 euros, antes de ayudas.
Por supuesto, insistimos que esto son rumores, pero de confirmarse, sin duda estaríamos hablando de un verdadero misil a la línea de flotación del resto de marcas, que verían como Tesla pone un precio en muchos casos 10.000 euros más barato que sus propuestas más económicas.
Y además, lo haría con un modelo renovado, más moderno y eficiente. Algo que tendría difícil respuesta por parte de los grupos occidentales, e incluso será un reto para muchos fabricantes chinos.
Un nuevo Tesla Model 3 que ya estaría en proceso de producción en la planta de Shanghái, y que debería comenzar a llegar a los primeros clientes después del verano.
