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Una de las consecuencias de la llegada del Renault Scenic será que el Megane baje de precio

Vender menos coches pero más caros, la estrategia de Renault se estrella con la realidad con la caída del Megane eléctrico

Hace unos días hemos podido asistir a la presentación del nuevo Renault Scenic. Una generación que llega con cambios profundos, como un diseño SUV y la adopción en exclusiva de un sistema de propulsión eléctrico. Pero a falta de conocer sus precios, es evidente que su desembarco tendrá claras consecuencias en las tarifas de su hermano pequeño, el Megane.

El Scenic llega con la ventaja del tiempo pasado, y que ha permitido a sus diseñadores crear lo que posiblemente tendría que haber si el Megane. Solventa algunos de sus problemas, como una mayor habitabilidad, mayor maletero, mejor capacidad de carga rápida y también mayor autonomía.

También es un coche más grande, 4.47 metros de largo frente a los 4.19 del Megane. Esto nos indica por supuesto, que el Scenic tendría que ser más caro. El problema es que el mercado está muy apretado, y la competencia ha bajado de forma importante sus tarifas últimamente. Algo que no deja mucho margen a Renault.

Como recordamos, el Megane eléctrico en su versión de 60 kWh y con carga rápida parte en España desde los 43.488 euros. Una variante con carga en alterna a solo 7 kW. En caso de optar por la variante con carga a 22 kW, entonces el presupuesto asciende antes de cualquier otro extra hasta los 44.928 euros.

Según los rumores de la prensa francesa, la versión de acceso del Scenic, dotada de una batería de 60 kWh y 420 km de autonomía homologada, estará por debajo de los 40.000 euros. Por supuesto, esto tendría su impacto directo en los precios del Megane.

En cuanto a su versión de 87 kWh, con 620 km de autonomía estimada, el límite para acceder a las ayudas en el que será previsiblemente su principal mercado, Francia, es de 47.000 euros. Si lo supera, los compradores no podrán acceder a los subsidios del estado, que ascienden a 7.000 euros. Y eso es una pérdida competitiva dramática.

También hay otro límite que marca la competencia. Y es que el Tesla Model Y, en su versión Standard (455 km WLTP) arranca en Francia en los 45.990 euros. Su variante Long Range (533 km WLTP) lo hace en 52.990 euros. Un modelo un segmento por encima del Renault, que será su principal referencia económica.

Esto nos lleva a especular a que muy posiblemente Renault baje los precios del Megane eléctrico, y recupere las cifras que marcaba el SUV francés el pasado año antes del incremento provocado por la ola inflacionaria.

Si Renault baja 3.000 euros su precio, este se colocará en el borde de los 40 mil euros, lo que permitirá colocar al Scenic un precio de 43.000 euros en su versión de acceso, y unos 46.000 euros para la variante long range.

Y es que en el retrovisor Renault ya tiene a unos cuantos competidores, y además de Tesla, también está una MG que marcha como un tiro, y que cuenta con un MG4 que en su versión intermedia, Confort, con 450 km de autonomía WLTP, arranca en España en los 35.190 euros, mientras que la nueva variante Extended Range, con 520 km WLTP, lo hace en 40.690 euros.

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Por lo tanto, Renault podrá sacar partido a su imagen de marca, diseño y calidades de fabricación, pero el mercado marca un arco de precios que se desmarcan algo de la política de tarifas elevadas que han llevado adelante hasta ahora los franceses.

Esto ya lo está notando el propio Megane eléctrico en Francia, su principal bastión, donde durante el mes de agosto se ha colocado como el séptimo modelo eléctrico más vendido, con 791 unidades y una caída del 48% en sus matriculaciones, siendo superado tanto por el MG4, con 1.598 unidades, como por los Model 3 (2.258 unidades) y Tesla Model Y, el eléctrico más vendido con 3.051 unidades, más del triple que el pasado año y casi cuatro veces más que el Megane.

Por lo tanto, la conclusión es que si Renault no quiere que el Scenic caiga también en una dinámica negativa devorado por sus rivales, tendrá que ajustar sus precios lo máximo posible.

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