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Esta batería LFP abre las puertas a la recarga ultrarrápida con tasas de 6C

Las baterías de litio-ferrofosfato (LFP) se han convertido en una excelente alternativa gracias a su evolución en aspectos como la densidad energética, que se suman a su bajo coste y ausencia de componentes como el níquel o el cobalto. Pero estas no logran ofrecer el rendimiento en potencia de recarga de las ricas que níquel. Hasta ahora, cuando se ha presentado un modelo que aseguran, puede llegar a superar los 6C de tasa de carga.

La empresa responsable de este proyecto es DESTEN, que hace unas horas ha presentado unas celdas LFP capaces de lograr una tasa de carga de 6C, lo que sobre el papel permitiría a un coche eléctrico medio lograr cargar del 20% al 80% en unos 6 minutos.

Gracias a su química, las baterías además cuentan con una elevada estabilidad térmica, que las convierten en la tecnología de baterías más segura disponible hasta la fecha. Algo que se suma a su bajo coste, que les están permitiendo ganar cuota de mercado sin parar.

Según los datos que muestra la empresa en su web, hablamos de unas celdas con una eficiencia del 99.5%, una densidad energética de 160 Wh/kg, una vida útil hasta el 80% de 5.000 ciclos, y que es capaz de mantener una temperatura de 15 grados incluso cargando a su máxima tasa de potencia. Un rendimiento que se mantiene en un amplio arco de temperaturas externas, desde los 20 grados bajo cero hasta los 45 grados positivos.

Este tipo de celdas podrían encajar perfectamente tanto en aplicaciones de transporte, como también en soluciones de almacenamiento estacionario. Y es que desde la compañía se ha indicado que trabajan ya en la siguiente generación que esperan llegue a una tasa de 10C, lo que les permitiría contar con una enorme flexibilidad en sectores como el almacenamiento de grandes parques eólicos o solares.

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En el caso de un vehículo, esta tecnología, que lleva en desarrollo desde el año 2017, permitiría reducir los tiempos de carga hasta el 80% hasta apenas 4 minutos y 40 segundos. Una cifra que acercarían a estas celdas a los tiempos de repostaje de un coche con motor de combustión, todo en un conjunto mucho más resistente al paso de los ciclos, los años, y también en un conjunto sobre el papel mucho más económico y sostenible.

Una solución que no es un proyecto de futuro, contando ya DESTEN con una capacidad de producción de varios MWh al año. Una cifra modesta, pero que sirve para entregar celdas a diferentes fabricantes de coches y empresas de almacenamiento estacionario, que pueden comprobar las características de un tipo de batería llamada a revolucionar el sector.

Fuente | DESTEN

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