Esta es la experiencia de un VTC que trabaja con un Hyundai IONIQ 5
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Publicado: 07/02/2023 10:53
No ha lugar a dudas que con la mejora de las autonomías de los coches eléctricos, y la expansión de las redes de carga rápida, aplicaciones como el taxi o los VTC son cada vez más susceptibles de sacar el máximo provecho a las ventajas que ofrece la movilidad eléctrica. Es el caso de un conductor francés, que el pasado año apostó por un Hyundai IONIQ 5 para convertirse en su herramienta de trabajo en el día a día.
Olivier Rakinski es un conductor de Marsella que el pasado año se lanzó a la compra de un coche eléctrico, con la idea de convertirlo en su trabajo. Cuenta su experiencia al portal Automobile Propre, donde indica que la idea de contar con un modelo mucho más eficiente y respetuoso lo convenció.
Después de valorar varias opciones, como el Tesla Model Y o el Skoda Enyaq, se decidió por un IONIQ 5 después de que el coste del vehículo se adaptase en el concesionario a su presupuesto. Y es que los 59.900 euros que le pedían por el modelo tope de gama se quedaron en 51.000 euros. Algo que le permitió dar luz verde a la adquisición.
Experiencia con un IONIQ 5 como VTC
Según el conductor, de momento las sensaciones son muy buenas. No es una unidad que haga demasiados kilómetros al mes, 3.000 km indica el propietario, que admite que no trabaja demasiadas horas. Da comienzo a su jornada a las 10:30 de la mañana, y la termina a las siete de la tarde, y después de seis meses al volante acumula 16.000 kilómetros trabajando dentro de la plataforma de Uber.
Sobre el coche, este conductor indica que entre los puntos positivos está la autonomía, los tiempos de recarga, el maletero y la habitabilidad interior. Además destaca la buena acogida que tiene el diseño neo-retro del IONIQ, que suma además la buena iluminación del interior gracias al techo panorámico. Entre los negativos están los ruidos que hacen algunos elementos en el habitáculo.
El reto, la carga pública
Sin duda para un profesional, contar con una buena red de carga pública, y si es precios razonables, es fundamental para hacer su trabajo. En este caso se añade que Olivier no tiene todavía punto de carga en sus vivienda, por lo que depende exclusivamente de la red pública.
Una situación que ha evolucionado de forma drástica en los últimos meses. En un primer momento, este propietario contaba justo a las puertas de su casa con una estación de 175 kW. Pero como por desgracia es muy habitual, un día dejó de funcionar y nunca se ha vuelto a poner en marcha.
Esto le ha supuesto tener el punto rápido más cercano a 12 kilómetros de su casa, algo que sin duda es una enorme molestia. Pero la red ha evolucionado, y ahora este conductor cuenta con una oferta no sólo mucho mayor, sino incluso mucho más económica.
Una de sus grandes aliadas ha sido la red de supermercados alemán Lidl. La fuerte apuesta de la empresa por el coche eléctrico les ha llevado a instalar hace un mes una estación cerca de la vivienda de Olivier que consta de dos puntos de recarga de 360 kW y seis de 180 kW. Además, el precio es muy económico con un coste de 22 céntimos de euro el kWh en los puntos de 180 kW, 40 céntimos para los de 360 kW.
Según indica el propietario, tiene que parar unas tres veces por semana en las estaciones públicas, con una media de 18 minutos en primavera-verano, y unos 25 minutos cuando llega el invierno.
Ahora, Olivier está preparándose para instalar un punto de recarga en su vivienda de alquiler. Un proceso que ha tenido sus dificultades para hacer entender a los propietarios del potencial que supone añadir este servicio de forma gratuita, para los propietarios, a una vivienda. Una operación que indica le costará entre equipo e instalación apenas 739 euros. Un precio más que competitivo.
La conclusión de Olivier después de estos seis meses es que la compra ha sido todo un acierto. Un modelo con el que incluso se ha lanzado a más de una aventura, como el completar la distancia entre Marsella y París, 880 kilómetros, que ha logrado realizar en 8 horas, incluyendo las 4 paradas para recargar.