El renovado Tesla Model 3, conocido como «Highland», llegó al mercado en el tercer trimestre del año pasado. Más allá de su nuevo diseño exterior, que le ha permitido mejorar su coeficiente aerodinámico, la popular berlina eléctrica ahora disfruta de un habitáculo remozado, nuevos equipamientos, un chasis revisado y mecánicas de última generación.
Aunque el coche lleva apenas unos meses en el mercado, el medio francés Automobile Propre se ha hecho eco de las impresiones de un propietario que recibió su unidad el pasado mes de noviembre. El recién estrenado Model 3 no es el primer coche eléctrico de este usuario, que también posee un Volkswagen e-Golf con el que ha recorrido 30.000 km en apenas dos años.
A raíz de su buena experiencia con el compacto alemán, decidió comprar un segundo coche eléctrico como vehículo principal de la casa. Si bien al principio se decantó por el Skoda Enyaq, los elevados tiempos de espera del SUV checo le llevaron a elegir el Tesla. Realizó su pedido en septiembre, y tras apenas dos meses recibió su ejemplar.
Uno de los puntos que más destaca es su consumo, que en condiciones invernales se sitúa en apenas 14,4 kWh/100 km a pesar de que vive en una zona montañosa. En comparación, el e-Golf ronda los 15,5-16 kWh/100 km. También aplaude los acabados del habitáculo, su insonorización y el confort de marcha.
¿Cuáles son los principales problemas del renovado Tesla Model 3?
Evidentemente, no todo es perfecto, y no duda en criticar la ausencia de palancas en la caña de dirección para accionar los intermitentes, ya que los botones situados en el radio izquierdo del volante resultan engorrosos de utilizar, hasta el punto de que obligan a desviar la vista de la carretera. Esto se deja notar especialmente en las rotondas.
El sistema de cambio automático de luces cortas a largas tiene un funcionamiento muy mejorable, algo que también ocurre con el sensor de lluvia de los limpiaparabrisas, que tardan demasiado tiempo en activarse. En opinión del usuario, esto se debe a una mala calibración.
Por último, la gran decepción: el Autopilot. «Es simplemente un control de crucero adaptativo. No lo uso tan a menudo como me gustaría. Frena al Model 3 cuando no es necesario». Además, echa en falta el limitador de velocidad que sí equipa el Volkswagen, gracias al cual no tiene que preocuparse del velocímetro cuando circula por ciudad.
Fuente | Automobile Propre
