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El preocupante problema de España con el negacionismo climático y el coche eléctrico

A pesar de que los principales fabricantes, bancos de inversiones y grandes analistas han dado señales claras de que el transporte camina hacia la electrificación, son muchos los que todavía dudan de su futuro. Pero esto se está convirtiendo en un problema en una España donde los negacioncitsas climáticos y los del coche eléctrico son un grupo cada vez más grande, perjudicando las ventas y frenando posibles futuras inversiones en dos sectores clave para el futuro de Europa y España.

No hay más que darse una vuelta por las redes sociales para ser testigo de primera mano de esto, ya que la cantidad de desinformación o informaciones negativas sobre renovables y coches eléctricos es abundante, e incluso en las noticias neutras, los comentarios en contra son mayoría.

Pero ahora, el Gobierno de España ha publicado el resultado de un estudio que pone sobre la mesa la preocupante posición de los españoles en aspectos como el cambio climático, la transición energética y la movilidad eléctrica.

El estudio lo ha realizado la agencia francesa Cluster 17 y la española Bebartlet, que este pasado jueves ha presentado los resultados de una encuesta realizada entre el 2 y 4 de abril entre 1.511 personas mayores de edad. El primer estudio en España sobre la percepción de la población acerca de las políticas de transición ecológica y sus resultados «revelan una sociedad dividida en cuestiones medioambientales, con profundas brechas políticas e identitarias», afirman sus autores. Los participantes «muestran posiciones cautelosas hacia la transición energética y las políticas climáticas, especialmente por parte de determinados sectores políticos y sociales».

Los resultados indican que el 29% de españoles es negacionista climático, la mayoría apuesta por las energías renovables, pero también por no cerrar las centrales nucleares, un 58%, e incluso un 52% piensa que sería buena idea abrir nuevas centrales nucleares.

La guerra contra el coche eléctrico

Pero sin duda lo que más nos preocupa desde aquí es que más del 50% de los encuestados duda del coche eléctrico, y de esa forma la encuesta indica que el 57% cree que «los coches eléctricos no son una buena solución para luchar contra el cambio climático» y solo el 23% piensa que son «la solución más rápida y directa».

Donde si hay casi unanimidad es que uno de los principales retos es la red de carga. Una red que ha sido un asunto secundario para las administraciones, que ha provocado un primer despliegue financiado en gran parte con dinero público, pero lastrado por unos cargadores lentos, mal situados y en muchos casos, fuera de funcionamiento.

De esa forma, el 94% indica que la percepción de que la red de puntos de recarga «no permite conducir con la misma autonomía que un coche convencional». El 85% cree que las administraciones no dan «el apoyo necesario» para comprar coches eléctricos.

Opinión

El problema aquí no está en que si la gente quiere o no coches eléctricos. el problema es que la industria de la automoción camina inexorablemente hacia esa dirección, y Europa está metiendo la cabeza en el agujero para evitar ver el problema de innovación que tiene.

Esto ha llevado a los grupos de presión a luchar contra la entrada en vigor de las normas de emisiones en el transporte, con gran éxito, y de paso llevar a las redes sociales un debate que solo tiene dos beneficiarios: a corto plazo los países productores de petróleo, que pueden estirar el chicle un poco más, y las petroleras.

Un ejemplo, de los muchos que hay cada semana, lo hemos tenido cuando hace unos días un camión que transportaba coches se incendió en Jumilla, Murcia. Rápidamente las redes se llenaron de mensajes indicando que el causante había sido un coche eléctrico. Pero luego el 112 indicó que el origen del fuego había sido el remolque del camión, y que este no transportaba coches eléctricos, sino modelos de combustión y un único modelo híbrido.

Unos mensajes que claro, siguen publicados, y donde como casi siempre, se mezcla espuriamente el coche eléctrico, ecología, con la Agenda 2030.

Pero a medio y largo plazo la gran beneficiada de este negacionismo será China. Y es que la perpetuación del motor de combustión hasta que no de más de si, tendrá como consecuencia que cuando haya que ofrecer una alternativa, Europa no estará lista y el desarrollo tecnológico e industrial de China arrasará por completo a los fabricantes occidentales, incapaces de competir técnica y económicamente.

Y no hablamos de 20 o 30 años por delante, ya que las propias marcas de coches, incluyendo las menos entusiasmadas con el coche eléctrico, así como analistas poco sospechosos de radicales, como el banco suizo UBS, que ha indicado recientemente en un informe que en 2030, las ventas de coches eléctricos en Europa llegarán a las 9.6 millones de unidades, lo que supondrá hacerse con más del 60% de cuota de mercado.

Según Toyota, sus estimaciones es que Europa logre un 70% de ventas de coches eléctricos para esa misma fecha, mientras que algunas marcas como Mini, Volvo, Stellantis, Renault, estiman que para 2030 sus ventas serán ya 100% coches eléctricos.

La cuestión ahora es saber quién fabricará esos millones de coches eléctricos, y si España será un líder en fabricación y también en implantación, o se transformará en un mercado totalmente secundario e irrelevante como lo es en la actualidad, y de lo que se alegran tantas personas.

Fuente | Bebartlet

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