Quieren menos coches en las ciudades, pero la demanda de bicicletas y patinetes eléctricos cae drásticamente en España
Las ventas tanto de patinetes eléctricos como de bicicletas eléctricas en España están condenando a las diferentes formas de micromovilidad urbana que se están intentando potenciar en detrimento del vehículo privado. Los motivos están muy claros, los analizamos.
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Publicado: 03/10/2024 10:51
La movilidad eléctrica en España lleva año sufriendo complicaciones para consolidarse. Las ventas no terminan de arrancar, la red de recarga es todavía escasa y Europa se empeña en poner barreras a la llegada de coches eléctricos más asequibles con los aranceles impuestos a los fabricantes chinos. En nuestro país, la micromovilidad en clave eléctrica también está atravesando dificultades.
Las Zonas de Bajas Emisiones en las ciudades iban a ser implantadas en todas aquellas con más de 50.000 habitantes en España, pero a día de hoy una pequeña proporción de las 150 ciudades ya la ha puesto en marcha. Y algunas de las que ya lo han hecho, como Madrid, tiene problemas judiciales que dificultan la implantación de más medidas restrictivas.
Los ayuntamientos, los políticos… quieren que usemos menos el coche privado para reducir las emisiones contaminantes en las ciudades, lo que invita a los ciudadanos a usar más el transporte público u otras medidas de micromovilidad, como los patinetes eléctricos, las bicicletas, etc. Muchas ciudades preparan sus calles para hacer de la convivencia con los coches algo que verdaderamente merezca la pena.
Pero como en todo lo anterior, en España parece que no dejamos de ponernos obstáculos en el camino. Compañías como Metro de Madrid o RENFE han prohibido que los usuarios puedan subir, por ejemplo, con patinetes eléctricos a los trenes o los autobuses. Si se dificulta el transporte de estos vehículos de movilidad personal en el día a día de los ciudadanos, ¿quién va a querer usarlos?
En la capital española, además, se van a retirar todos los patinetes eléctricos de alquiler de las calles, al considerar que las tres empresas que prestaban este servicio no estaban cumpliendo con las condiciones firmadas previamente con el ayuntamiento. Más trabas e impedimentos al uso de estos VMP en las ciudades.
¿Resultado? Nadie quiere un patinete o bicicleta eléctrica
Todos estos factores están derivando en una tendencia que está siendo terrible para el sector de la micromovilidad urbana. Según el último informe del comparador de precios Idealo, además de verse reducidas las búsquedas de este tipo de productos, la demanda de bicicletas eléctricas ha caído un 70% en España en lo que va de año 2024, mientras que los patinetes eléctricos han descendido también sus ventas un 44%.
Hay un motivo adicional que puede haber contribuido a estas cifras, y es el encarecimiento de los patinetes eléctricos: un 33% más desde el pasado 2022, con un precio medio de 523 euros (una de las mejores cifras europeas). Eso sí, en el caso de las eBikes, incluso han visto reducidos sus precios, un 12,7% menos, hasta los 1.966,30 euros de media en España.
A España parece que le gusta liderar los rankings negativos, porque en este caso es el país que más está viendo caer los registros de demanda de este tipo de opciones de movilidad eléctrica. En el caso de los patinetes eléctricos, por detrás del 44% español, están las caídas también pronunciadas del Reino Unido y Austria (31%), Italia (26%), Alemania (17%) o Francia (11%). Si miramos a las bicicletas, las cifras son más moderadas, e incluso positivas en países como Austria y Reino Unido (+7 y +13%).
Estas cifras contrastan con las que se vieron hace apenas un año, cuando la demanda de bicicletas eléctricas había subido en España en un 319% en los dos años anteriores, mientras que la de los patinetes eléctricos había subido un 64%. Está claro que las últimas decisiones tomadas a tener unos incidentes aislados con la explosión de la batería de un patinete eléctrico en Madrid, que se hizo viral, han tenido un efecto negativo para el sector, y por el momento parece que no hay vuelta atrás.