China logrará el objetivo de ventas de coches eléctricos 10 años antes de lo previsto
La estrategia a largo plazo de China le ha permitido trazar un plan de crecimiento de su industria del coche eléctrico, que ha sido un éxito de tal calibre que les permitirá lograr sus objetivos de ventas 10 años antes de lo previsto en 2020.
Mientras que Europa lucha por reducir las ventas de coches eléctricos, con políticas erráticas y agresivas campañas contra los límites de emisiones, en otros lugares tienen las cosas claras. Es el caso de China, que hace cuatro años marcaba un ambicioso objetivo de que el 50% de las ventas de coches en el país fuesen eléctricos o híbridos enchufables para 2035. Una cifra que se logrará ya en 2025.
Según informa el Financial Times, las políticas del gobierno de China les han llevado a una posición solo comparable a pequeños mercados del centro o norte de Europa, donde la cuota de ventas de los coches eléctricos es muy alta. Pero el volumen del gigante asiático es impresionante, así como los resultados de sus acertadas y decididas políticas que han favorecido el retroceso del coche de combustión, y el ascenso del coche eléctrico.
En 2020, los analistas y el propio gobierno establecieron objetivos de implantación de coches eléctricos, que se catalogaron como optimistas, y en los cuales las matriculaciones en el gigante asiático deberían llegar al 50% en 2035. Pero el crecimiento imparable, más de un 20% anual, ha llevado a que ese objetivo esté al alcance de la mano para lograrse en 2025.
El próximo año se estima que se matricularán en China 12 millones de coches eléctricos e híbridos enchufables. Algo que les permitirá alcanzar la mitad de las ventas e igualar por primera vez en un año completo las matriculaciones de coches con motor de combustión.
Este crecimiento además se está logrando a costa precisamente de los coches con motor de combustión, que se espera caigan de nuevo en 2025, con un 10% menos entregas en este año, o un 30% menos que en 2022, cuando lograron alcanzar las 14.8 millones de unidades.
Según el analista de la consultora Mackenzie, Robert Liew: «El hito de los coches eléctricos en China es una señal de su éxito en el desarrollo de tecnología nacional y en asegurar cadenas de suministro globales para recursos críticos necesarios para los vehículos eléctricos y sus baterías. La escala de la industria significó fuertes reducciones de costes de fabricación y precios más bajos para los consumidores.«
Como vemos en el gráfico superior, las estimaciones nos muestran que, a pesar de que no habrá ese crecimiento frenético producido después de la pandemia, las previsiones indican que el objetivo oficial de Pekín, establecido en 2020, de que los eléctricos representen el 50% de las ventas en 2035, se alcanzará 10 años antes de lo previsto.
Esto tendrá consecuencias dentro y fuera de China, y es que durante la próxima década, las fábricas establecidas en China que se dedican al coche con motor de combustión, y con capacidad para decenas de millones de unidades al año, prácticamente no tendrán mercado interno al que atender. Algo que solo les dejará el mercado externo, o la desaparición, como únicas salidas.
Este ascenso del mercado está siendo capitalizado en gran medida por los fabricantes locales. Esto está empujando a los grupos extranjeros fuera del propio mercado.
La cuota de mercado de las marcas foráneas cayó a un mínimo histórico del 37%, una fuerte disminución respecto del 64% que tenían en 2020. Sólo en este mes de diciembre, GM perdió más de 5.000 millones de dólares de su valor comercial en China; mientras que el holding detrás de Porsche advirtió de una amortización de su participación en Volkswagen de hasta 20.000 millones de euros; y sus archirrivales Nissan y Honda dijeron que estaban respondiendo a un «entorno comercial drásticamente cambiante» con una fusión .
Un mercado chino que engrasa su expansión internacional gracias a la «captura» de su mercado interno, que como recordamos, el el mayor mercado mundial del automóvil, donde se venden más de 20 millones de coches cada año.
Combustible para conquistar el resto de mercados, sobre todo si los grupos rivales ni siquiera luchar por hacerse su hueco, plegándose a estirar como sea posible el mercado del coche de combustión interna, y salvar como sea los balances a corto plazo.
